Jubileo de Isabel II: Un reencuentro familiar que terminó mal - 800Noticias
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Agencias

El Jubileo de Platino de la reina Isabel finalizó, el duque de Cambridge fue descubierto vendiendo la revista de los “homeless” en las calles del barrio londinense de Kensington y la Familia Real mínima ha reiniciado su agenda. Esos cuatro días de fiestas en Gran Bretaña mostraron una Familia Real feliz, pero no necesariamente unida y mucho menos, reconciliada.

El duque de Cambridge no pasó tiempo con su hermano cuando Meghan y Harry, visitaron Gran Bretaña para los 70 años en el trono de su abuela. La reina conoció a su bisnieta Lilibet, pero no le permitió a Harry incorporar a la escena a su fotógrafo para el encuentro entre las dos Lilibet.

Este es el resumen de un fin de semana histórico, en una familia disfuncional e históricamente relevante. William y Harry estuvieron en el mismo edificio una vez en la Catedral de San Pablo para el Servicio de Acción de Gracias el viernes pasado. Pero ni los dos hermanos ni Meghan y Kate, la futura reina, se miraron en el barroco edificio.

No tuvieron interacción personal, lo que sugiere que la profunda brecha entre los hermanos, que alguna vez fueron cercanos, todavía existe y es profunda.

Ni hijos ni primos se encontraron

Los hijos de los Cambridge no conocieron a sus primos Archie, de tres años, y a Lilibet, de un año, hijos de los Sussex. La duquesa de Cambridge y sus hijos fueron fotografiados en la misma habitación que Harry y Meghan en Trooping the Color el jueves. Pero no hubo el menor intercambio.

A los Sussex, los fotógrafos lo encontraron con un teleobjetivo de 800 milímetros porque no salieron al balcón ni a la ventana de la oficina del duque de Wellington. Pero ellos eligieron el bajo perfil, cuando se vio a la duquesa de Sussex jugando con las jóvenes miembros de la realeza, Savannah Phillips y Mia Tindall.

Los Sussex no fueron invitados al balcón del Palacio de Buckingham por orden de la reina. Sí lo fue la Familia Trabajadora Real. Tampoco fueron parte del secreto “almuerzo de primos”, que reunió a todos en el palacio, tras la aparición en el balcón.

Un absoluto vacío a los Sussex, ante el temor de que las conversaciones en la mesa fueran filtradas a Netflix o irritaran a William y Kate, con quienes el vínculo sigue roto, tras las acusaciones de los Sussex de “racismo” a la Familia Real y a William directamente.

Los invitaron pero no fueron

El tabloide estadounidense The New York Post informó que el duque y la duquesa de Sussex invitaron a William, Kate, el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis a la fiesta del primer cumpleaños de Lilibet en Frogmore Cottage el sábado, pero la familia no asistió. En cambio, optaron por desearle un feliz cumpleaños a Lilibet en las redes sociales.

Los Cambridge se fueron a Cardiff junto a sus hijos, en su primera visita familiar oficial a Gales. Luego asistieron junto a todos sus primos e hijos al concierto en el Palacio de Buckingham, donde tampoco fueron los Sussex.

“Los Sussex se fueron sin pasar tiempo a solas con William, Kate y los mini Cambridge. Sus hijos, Archie, de tres años, y Lili, no pudieron ver a sus primos”, afirmó el periódico.

Los Cambridge estaban en una visita a Cardiff en representación de la Reina, luego viajaron de regreso a Londres para asistir al concierto jubilar Party at the Palace.

La Reina fue presentada a su bisnieta el jueves por primera vez. Pero a Harry y Meghan no se les permitió traer un fotógrafo para capturar el momento. Según los informes, se temía que estos pudieran ser divulgados a los medios estadounidenses o por Netflix, que está haciendo un documental sobre la pareja. “No chance”, respondió la reina cuando le pidieron una foto. “Es un encuentro privado” explicó.

Las noticias se filtraron vía Mike Tindall, el exjugador de rugby de Inglaterra, cuya esposa Zara, es hija de la princesa Ana. Este enorme deportista de Yorkshire dijo que fue un “fin de semana encantador”.

“Fue excepcional”, dijo al podcast The Good, The Bad and The Rugby. “Fue genial ser parte de esto. Tuvimos un buen almuerzo de primos el jueves. Eso fue lo más destacado”.

El relato de Tindall

Contó que la realeza también se reunió para tomar una copa después del concierto del sábado, encabezado por Diana Ross. “Después del desfile, básicamente fue tratar de salir lo más rápido posible. Después del concierto hubo un poco más de conversación. Entramos y tomamos una copa con todos después”.

Dijo que los jóvenes miembros de la realeza, incluido el príncipe Louis, eran difíciles de mantener bajo control, ya que habían comido dulces más temprano en el día.

“Louis, solo quería divertirse. Y mis dos chicas siempre son traviesas. Así que estaba tratando de mantener el control. Sin embargo, había muchos dulces en la parte de atrás, por lo que había un verdadero subidón de azúcar”.

 “Es difícil para ellos. Todos son chicos. Es un largo tiempo para ellos estar ahí, quietos. Pero como cualquier padre sabe, simplemente haces lo que hay que hacer”, explicó Tindall, que es muy querido por la reina.

Los Tindall y sus hijos fueron al picnic con el que los Sussex celebraron en su casa de Frogmore Cottage el primer cumpleaños de Lilibeth. A él se sumaron las princesas Eugenie y Beatrice más sus maridos. No el resto de la Familia real.

Al describir el sketch de la reina junto al osito Paddington, Tindall agregó: “Ella ahora es oficialmente una actriz calificada. Eso fue probablemente lo mejor. Los drones fueron bastante buenos para ser justos».

“Ella estaba genial, comediante . Siempre he dicho que era graciosa. Ella lo logró».

Si bien a Harry y Meghan no se les otorgó el mismo estatus que a la realeza trabajadora, se les otorgó un estatus mayor que a algunos miembros de la realeza menores, llegando en automóvil al servicio en la Catedral de St Paul. Otros, como los Tindall, llegaron para el servicio en la catedral en un autobús.

En el servicio, Harry parecía el más nervioso de los dos. Meghan, con una gabardina de Dior y un sombrero blanco, sonreía mientras caminaba por la catedral. Harry se mordía el labio a veces y saludaba con la cabeza a la congregación.

Harry no estaba sentado en la primera fila, que estaba reservada para los miembros trabajadores de la familia real, incluidos el conde y la condesa de Wessex y sus hijos.

Para Harry fue un shock verse sentado en la segunda fila, junto a las princesas Eugenie, Beatrice y sus maridos cuando es el sexto en la línea de sucesión, después de los Cambridge y su hijo George.

Regreso anticipado

Luego de ver dos veces a la reina Isabel, los Sussex decidieron regresar en su avión privado Bombardier para 12 pasajeros el domingo a la tarde desde el aeropuerto de Hampshire a Santa Bárbara anticipadamente. Fue antes de que se iniciara el ultimo del desfile del Jubileo: doce horas después y sin escalas, aterrizaron en California. Su equipo de seguridad se encargó de su protección y los equipajes.

La Familia Real teme la biografía de Harry, que aparecerá en el otoño europeo. William y Camila, la segunda esposa del príncipe Carlos, piensan que va a haber incómodas revelaciones para la familia y buscan protegerse. Aunque ella y el príncipe Carlos estuvieron con ellos dos veces en su casa, en Clarence House, antes de su regreso. Nada trascendió sobre una eventual reconciliación.

Harry exige un pedido de disculpas, tras su tratamiento recibido en el Jubileo, por parte de los miembros de la Familia Real. Los Royals quieren que quien se disculpen sean los Sussex. El conflicto sigue en punto muerto y lejos de arreglarse.

La reina fue orientada por los cortesanos para que impidiera cualquier fotografía. Para ellos, el temor se llama Netflix. La fantasía era que la cadena seguía cada paso de los Sussex en Londres para su documental y no querían darle una sola facilidad de obtener material con la reina. El objetivo de la Corte era mostrar que los Sussex ya no cuentan ni pertenecen a la Familia Real trabajadora sobre la que se apoya la reina.

Nadie sabe si los Sussex van a regresar alguna vez a Gran Bretaña, aunque hayan renovado el “leasing” de Frogmore Cottage, su casa.

 

Por Clarín

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