José Ramón Barreto vuelve a ponerse en la piel de un libertador - 800Noticias
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El Libertador muy joven buscando su camino. Así se veía José Ramón Barreto, vestido a la usanza, en Bolívar, el hombre, el amante, el libertador, durante las grabaciones en una hacienda cerca a Madrid, España, hace cuatro años. Era Bolívar esperando su destino, que empezó a forjar cuando regresó a América, casado, donde enviudó muy pronto y decidió luchar por la libertad.

Ahora, el actor venezolano, que vive entre Colombia y Ecuador, actúa en Arelys Henao: canto para no llorar, la historia de la cantante de música popular que emite Caracol en las noches.

Llega a la vida de la intérprete como otro libertador. Es Wilfredo, el hombre que conoce a la cantante desde muy joven, cuando ella tiene 22 años y ambos buscan su futuro en Medellín.

José Ramón Barreto

La historia de Wilfredo, como la de Arelys, ha sido dura. Nació en el Urabá y perdió a varios miembros de su familia por la violencia. De música popular no sabe nada, pero apoya a Arelys incondicionalmente. «Wilfredo acompaña a la heroína. Es el bastón que sabiamente se enamora de ella y le toca adaptarse a lo que necesita».

«Entiende que alguien la debe sostener y también a mostrarle cómo no perder el control cuando ella, por su ímpetu ganador e impulsivo, no logra sus sueños de inmediato. Eso sí, sabe que se defiende solita, pero él está ahí para lo que ella requiera».

Barreto habla desde Caracas, donde está desde diciembre de 2021, luego de no visitar su país por cuatro años. «Me hacía falta venir en las fechas especiales. Además, tenía que hacer trámites de papeles».

Nacido en Caracas el 2 de agosto de 1991, afirma que este personaje muestra lo que es una pareja real. «Que cuando conoces al alguien, esa persona está a tu guarda. Aprendió a adaptarse a su mundo y se convirtió incluso en su mánager. Es un camaleón siempre listo para estar del color que esa mujer necesite».

Para el venezolano, conocer esta parte de la historia colombiana más de cerca, a través de los hechos de violencia que, como ha contado Arelys Henao, lo llevó a analizar cómo es el terrible flagelo del desplazamiento forzado.

«Pero no fue complicado entenderlo, aunque sí es muy doloroso que se dé por maldad, por capricho, por guerra, porque políticamente es lo correcto. No es ir a buscar tus sueños, es dejar tus sueños. Arelys, en cambio, los deja pero no los deja, los pone en un congelador y busca la forma de hacerlos realidad».

Su fin no es imitar al esposo de Arelys Henao en la vida real. «Desde la ficción busqué a Wilfredo Hurtado, pero cuando lo conocí, me di cuenta de que nos parecemos mucho en la parte política y en el sentir social, en nuestra forma de trabajar y en la disciplina».

Siempre dispuesto, el verdadero Wilfredo contestó todas sus notas de voz, «incluso aquellas que yo creo le dolía responder».

En Venezuela hará una película que producirá y en la que actuará. «Vamos en plano secuencia con una historia que se desarrolla en tres días. Habla de una pareja venezolana que regresa después de una migración frustrada y en una cuarentena quedan encerrados en un apartamento familiar donde aparentemente ocurre un asesinato. Al principio parece ser una comedia, pero no hay tal».

 

El Nacional

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