Jorge Ramos: «Donald Trump ve a la prensa libre como su enemigo»
El Mundo
Cuando el periodista Jorge Ramos fue expulsado de una rueda de prensa de Donald Trump, durante la campaña presidencial en agosto de 2015, se convirtió en el símbolo de la lucha por los derechos de los inmigrantes latinos en Estados Unidos. «Nosotros fuimos los primeros en advertir que él iba a ser un peligro real. Nos acusaron de alarmistas y cuando el resto de medios reaccionaron ya era demasiado tarde» dice este mexicano, que emigró al país en 1983 y actualmente vive en Miami, donde trabaja para Univision.
Durante su trayectoria, este informador que acaba de ser reconocido con el Premio a la Excelencia Periodística en el Festival Gabo en Colombia, ha entrevistado a líderes como Bill Clinton, Álvaro Uribe, Evo Morales, George W. Bush, Hugo Chávez y Rafael Correa. Dice que nunca había conocido un presidente «tan anti-inmigrantes» como Donald Trump. «Si el que manda en Estados Unidos dice que los mexicanos somos asesinos, violadores y drogadictos, ¿qué podemos esperar que diga el pueblo estadounidense?», lamenta en una entrevista con EL MUNDO.
Sólo hay dos mandatarios que han expulsado a Jorge Ramos de una rueda de prensa: uno es Trump, el otro fue Fidel Castro. Denuncia que todos sus temores se han hecho realidad durante el mandato presidencial que inició el 20 de enero de 2017. «Es de esos políticos que ven a la prensa libre como su enemigo. Es imposible acercarte a él, a no ser que coincidas con sus decisiones. Con Barack Obama tuve varias disputas, en especial sobre su política de deportaciones, pero aun así él respetaba nuestro derecho a informar. Esas reglas del juego democrático han cambiado y es muy peligroso».
– ¿Qué es lo que más le asusta de Trump?
– Es un mentiroso: en los 240 días de mandato soltó más de 1.000 mentiras, según un estudio de The Washington Post. La gente sigue confiando en que no durará los cuatro años en el cargo, que caerá antes. Cada vez estoy más convencido de lo contrario: nos hemos equivocado con él y nos seguimos equivocando, minusvaloramos su poder.
La radiografía que hace Jorge Ramos del momento por el que está pasando Estados Unidos es muy dura. «Las políticas contra los inmigrantes son comparables con los campos de detención japoneses en la II Guerra Mundial«, asegura. Cree que la prensa debe ser el guardián que denuncie estos abusos, aunque eso suponga abandonar el principio de neutralidad.
«Tenemos que replantearnos nuestro oficio porque vivimos tiempos oscuros. Existen varias alertas ante las que la prensa no puede ser neutral, como el racismo, la corrupción, las dictaduras y los abusos contra los derechos humanos. ¿Cuál es nuestra labor ante todo esto?¿Sólo reportar los dos lados, Gobierno y oposición, o tomar una posición activa en busca de la verdad?».
El mexicano interpreta la marcha de supremacistas blancos estadounidenses celebrada en agosto en Charlottesville (Virginia) como «un síntoma» de la era Trump. «No se atrevió a condenar los incidentes violentos, llegó a decir que había gente decente y buena que marchó con los neonazis. Es como si el presidente hubiera dado permiso a los norteamericanos a sacar sus peores prejuicios».
«El papel de la prensa», dice este periodista, «será crucial para el futuro de América». Señala que en la región se están jugando otras dos guerras cruciales, además de en Estados Unidos: las de México y Venezuela. «Por un lado, los periodistas tenemos que contribuir a fortalecer las democracias. No se puede seguir el modelo de Cuba y Venezuela: se ha comprobado que trae demasiado dolor. Por otro, los crímenes impunes en México ya son una tragedia humanitaria. Según cifras oficiales del Gobierno, más de 87.000 personas han sido asesinadas durante el mandato de Enrique Peña Nieto».
América es para el informador mexicano uno de los puntos más calientes para ejercer el periodismo: habla de censura, de asesinatos, de mentiras de los políticos. «Por eso es tan importante nuestra función, más que nunca, como vigilante de los abusos del poder». Hay dos temas que le preocupan: la emigración, «porque de esas noticias depende para muchas personas si vas a ser deportado de un día para otro o si podrás ver a tus hijos esta noche», y la desigualdad: «Somos la región del mundo donde los ricos son más ricos y los pobres no tienen nada».