Jill Biden y Kamala Harris reflejan tranquilidad y entendimiento con su ropa
EFE
Si Melania Trump se ha despedido de la Casa Blanca con un Chanel negro, Jill Biden, la mujer del nuevo presidente de los Estados Unidos, entra en ella con un abrigo azul «demócrata» que transmite «tranquilidad», y Kamala Harris, con un abrigo morado, apela al «entendimiento».
«Elegante y sobrio»; así define el estilo de Jill Biden el profesor de Protocolo y Etiqueta Social Miguel del Amo, quien destaca el detalle de terciopelo del abrigo, que «simboliza el poder y el prestigio»
Considera que el estilismo de la ya primera dama es «una imagen muy protocolaria y de etiqueta perfecta». Además, el azul es muy oportuno, transmite «tranquilidad, autoridad y confianza», dice Del Amo, quien está convencido de que Biden va a ser «una mujer comprometida, con voz».
Es habitual que los presidentes de Estados Unidos tomen posesión del cargo acompañados de su familia y realicen el juramento de su cargo sobre una Biblia sostenida por su esposa. Y así ha sido también hoy, con una emocionada Jill Biden, de 69 años, quien no ha podido evitar que sus ojos se humedezcan.
Otro mensaje que ha descifrado Del Amo ha sido el enviado por Kamala Harris, Michelle Obama y Hillary Clinton, mujeres que pertenecen al Partido Demócrata de Joe Biden y que han decidido vestir de morado, color del entendimiento bipartidista al ser resultado de mezclar el rojo republicano y el azul demócrata, «un guiño diplomático importante que llama al entendimiento, al dialogo y a vuelta a la normalidad».
Con Jill Biden son ya 48 las mujeres que han estado en la Casa Blanca desde la mítica llegada de Martha Washington, esposa del primer presidente de EE.UU., George Washington.
Sin embargo, fue con Jacqueline Kennedy cuando la moda se empezó a utilizar «como una herramienta para construir y reforzar la imagen de primera dama», explica el experto en Protocolo, al tiempo que recuerda el mítico conjunto azul pastel, el sombrero «pillbox» y el manguito de marta cibelina para protegerse del frío que lució en aquel enero de 1961.
Pero no solo se analiza el atuendo de la primera dama, también el del presidente de Estados Unidos, «en el que los colores juegan un papel muy importante, envían mensajes y ponen en valor al partido al que pertenecen».
Así, Joe Biden, al ser un evento de día, ha hecho su juramento con un traje azul marino, camisa blanca y corbata celeste, y se protegía del frío con un abrigo marino, prendas casi idénticas a las utilizadas por otros presidentes, como Barack Obama o Bill Clinton, en sus tomas de posesión.
Con la llegada de Jill Biden a la Casa Blanca vuelven a escena los estilismos que utilizaron este mismo día otras primeras damas, entre ellos el de Melania Trump, quien aprovechó la toma de posesión de su esposo para dar salida a un mundo de lujo y alta costura que comenzó con el vestido-abrigo en tono azul cielo firmado por Ralph Lauren, «un diseño que recordaba el estilo de Jacqueline Kennedy», apunta Del Amo.
Michelle Obama, que arrolló con un estilo funcional y colorista, eligió para la primera toma de posesión de su esposo, en 2009, un conjunto en verde lima. Y en la segunda, en 2013, arriesgó con un abrigo de cuadros con un cinturón de pedrería y botas altas, de Thom Browne. «La naturalidad fue su mejor baza», explica.
Más sobria y conservadora fue Laura Bush, esposa de George W. Bush, que en 2001 optó por un abrigo celeste a juego con un vestido de cuello a la caja, creado por Michael Faircloth, mientras que para el inicio del segundo mandato, en 2005, prefirió lucir un níveo abrigo con algunos destellos brillantes.
El estilo Hillary Clinton evolucionó mucho desde que llegara a la Casa Blanca en 1993 con un conjunto con sombrero azul intenso, apunta Del Amo, quien recuerda que para la segunda toma posesión de Bill Clinton, cuatro años después, vistió un abrigo en rosa.
Las perlas blancas y el color azul fueron las señas de identidad de Barbara Bush desde que su marido, George Bush, tomara posesión en 1989, un acto al que asistió con abrigo clásico abotonado al centro.
Nancy Reagan, femenina y estilosa, devolvió el glamur a la Casa Blanca en 1981 con un coqueto abrigo rojo, «el color de los republicanos», añade el experto en protocolo que recuerda que la estrella de cine siempre vestía de forma «maravillosa». Basta recordad el conjunto azul con cadenas doradas y casquete que lució en la toma de posesión de 1985.
Si Rosalynn Carter, funcional y austera, apostó por lucir un conjunto azul y botas altas, un modelo antiguo, Betty Ford, la primera modelo y bailarina en llegar a la Casa Blanca, se decantó por un vestido corto azul, de pronunciado escote, con detalles en blanco para un mes de agosto de 1974.
Pat Nixon, en 1969, optó por un abrigo en rosa fucsia y gorro de piel, mientras que 1973 prefirió un modelo verde botella. «Durante los primeros años apostó por prendas más atrevida que incluían mensaje de igualdad de las mujeres».
Claudia Johnson, conocida como «Lady Bird», marcó su estilo con conjuntos sencillos de colores vistosos como el abrigo con lazada que lució en la toma de posesión de Lyndon B. Johnson en 1963.
Unas conservadoras, otras modernas. Unas acertaron, otras no, pero todas, asegura el experto, han seguido al dictado el protocolo, aun pasando frío.