Jefe del Partido Comunista chino en Xinjiang deja su cargo
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El responsable del Partido Comunista de China para la región autónoma de Xinjiang, Chen Quanguo, ha abandonado el cargo un año después de las sanciones impuestas contra él por Estados Unidos tras señalar al político como uno de los principales ejecutores de lo que Washington describió como una campaña de abusos sistemáticos contra la minoría uigur.
«El Comité Central del Partido Comunista ha designado a Ma Xingrui (hasta ahora gobernador de la provincia de Cantón) como nuevo jefe del partido para Xinjiang. Chen Quanguo, quien ya no se desempeña como secretario del Comité Regional Autónomo Uigur del partido en Xinjiang, recibirá otro nombramiento, según una decisión del Comité Central del partido», según el comunicado recogido por la agencia oficial de noticias china Xinhua.
El comunicado oficial avanza que Chen será designado para otro puesto temporal antes de ser ascendido en el cargo durante el congreso que el Partido Comunista celebrará el año que viene.
Chen de 66 años de edad, se desempeñaba como responsable del partido en Xinjiang desde 2016 y antes ocupó el mismo cargo en Tíbet. Además, es uno de los 66 miembros del poderoso politburó del Partido Comunista.
El presumible ascenso del jefe regional del partido da a entender que el Gobierno chino quiere apartarle de la luz pública en lugar de reprenderle por las acusaciones, que el Gobierno de Pekín ha negado categóricamente.
De hecho, el Gobierno chino ha adelantado que responderá a la ley promulgada el jueves por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que restringe las exportaciones desde la región de Xiniang, y ha reiterado que no se están violando los Derechos Humanos en esta región.
La ley estadounidense, que responde a las preocupaciones sobre el trato infligido a la población uigur, prohíbe la importación de bienes a menos que las empresas fabricantes puedan demostrar que no se han fabricado en condiciones de trabajo forzoso.
El Ministerio de Exteriores chino considera que Washington falta a la verdad. «Viola gravemente el Derecho Internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales e interfiere flagrantemente en los asuntos internos de China», reza un comunicado recogido por medios oficiales.
En este sentido, Pekín ha instado a Washington a corregir sus «errores» y a dejar de utilizar la supuesta situación en Xinjiang como argumento para adoptar medidas de cariz político. Asimismo, ha señalado que la medida puede desestabilizar la industria y las cadenas de suministro a nivel global.
El Ministerio de Exteriores del gigante asiático ha asegurado que, en realidad, Estados Unidos es el epicentro del tráfico de personas y del trabajo forzado y ha señalado que, en los últimos cinco años, unos 100.000 migrantes han entrado en el país norteamericano para trabajar en condiciones precarias.
Con información de Europa Press.