Japón cancela definitivamente la instalación de nuevos sistemas antimisiles
EFE
El Gobierno de Japón anunció hoy que ha descartado definitivamente su plan para desplegar baterías terrestres antimisiles Aegis Ashore, que iban a destinarse a reforzar las defensas niponas frente a las amenazas armamentísticas de Pionyang.
Así lo confirmó este jueves el ministro de Defensa japonés, Taro Kono, tras mantener una reunión con el Consejo Nacional de Seguridad, órgano que preside el primer ministro Shinzo Abe, y después de conocerse a mediados de mes que Japón había suspendido temporalmente el proyecto.
Japón ha optado por desechar este plan debido a las dificultades técnicas de instalar las baterías en las dos ubicaciones elegidas del norte y el sudoeste del país y a la oposición de la población local, según explicó Kono en rueda de prensa.
«Habíamos prometido a la población local que podríamos controlar dónde caerían los propulsores (de los misiles) en caso de lanzamiento, y no pudimos cumplirlo. Por eso no hemos podido avanzar en este proyecto», dijo el ministro de Defensa.
El proyecto para reforzar su sistema antimisiles ha sido descartado en un momento de repunte de la tensión en la península de Corea, y después de que tanto Pionyang como Pekín hayan avanzado en el desarrollo de misiles balísticos, que resultan más difíciles de interceptar para baterías terrestres como las Aegis.
«Todavía hay amenazas de misiles balísticos provenientes de Corea del Norte, que ha lanzado muchos de ellos con dirección a Japón», dijo Kono, quien también señaló que el Ejecutivo «discutirá cómo proteger a la población nipona» ante esos riesgos.
Kono, asimismo, no quiso pronunciarse sobre si una de las opciones que maneja el Gobierno en ese sentido son los posibles «ataques preventivos», como habían publicado los medios locales, debido a que no existe «una definición clara» sobre ese tipo de acciones militares, según dijo.
Las dos ubicaciones que habían sido elegidas para las baterías Aegis de fabricación estadounidense eran las prefecturas de Akita, al norte del archipiélago nipón, y Yamaguchi, al sudoeste, y donde también se sitúa una importante base militar de EEUU.
El Ministerio de Defensa nipon había incluido en su presupuesto de 2019 unos 235.200 millones de yenes (unos 1.947 millones de euros) para el despliegue de estos sistemas antimisiles, que preveía tener operativos para 2023.
Las nuevas baterías terrestres Aegis iban a complementar a los sistemas similares desplegadas en navíos, así como a las lanzaderas móviles terrestres PAC-3, diseñados para interceptar misiles que escaparan a la anterior línea defensiva nipona basada en sus fuerzas navales.
Kono señaló que los sistemas antimisiles móviles y navales de los que dispone en estos momentos protegerán a Japón «por el momento».
Japón ya ha abonado parte del coste total del proyecto a Estados Unidos dentro de un contrato que incluye su mantenimiento durante 30 años, y tratará ahora de renegociar ese montante.
«Hemos hablado con EEUU sobre cómo hacer el mejor posible uso de nuestros sistemas antimisiles de los que ya disponemos. Tendremos que definir cómo hacerlo y abordar esta situación en el futuro», dijo Kono.