Izquierda y uribismo derrotados en elecciones regionales de Colombia
AFP.- La izquierda y el uribismo fueron los grandes derrotados en las elecciones regionales y locales de este domingo en Colombia, que transcurrieron en calma y signadas por la promesa de la paz en medio siglo de conflicto armado.
El economista de centro-derecha Enrique Peñalosa, de 61 años, ganó en Bogotá, hasta ahora bastión de la izquierda, y reemplazará al exguerrillero Gustavo Petro como alcalde de la capital, el segundo cargo de votación popular más importante.
«Nuestro gobierno será de todos los ciudadanos, sin exclusiones», dijo Peñalosa, que ya había gobernado la capital entre 1998 y 2001, al festejar su victoria con 33,10% de los votos.
«Vamos a recuperar la autoestima», prometió sobre una urbe de ocho millones de habitantes en la que la movilidad y la seguridad personal son los principales retos.
En segundo lugar quedó el exministro del Partido Liberal Rafael Pardo (28,50%), seguido de la izquierdista Clara López (18,26%). Apenas 12% de los votos cosechó Francisco Santos, del Centro Democrático que lidera el expresidente de derecha y actual senador Alvaro Uribe, feroz opositor al proceso de paz con la guerrilla FARC.
«Nada de congojas, yo estoy orgullosa de lo que hemos hecho en esta campaña (…) vamos a seguir fortaleciendo la convergencia y la unidad en función de la paz en Colombia», indicó López al reconocer su derrota.
López había sido alcaldesa interina de Bogotá a fines de 2011, cuando el entonces burgomaestre Samuel Moreno tuvo que dejar su cargo bajo acusaciones de corrupción.
«Por favor, no se roben los impuestos que es lo que más nos molesta a nosotros. Ver que hacen obras, y quedan a la mitad, todo queda inconcluso, no terminan nada», se quejó a la AFP la votante Elena Castro, al referirse a las autoridades locales.
En Bogotá, la izquierda perdió luego de gobernar por tres períodos consecutivos.
De estas eleciones surgirán las autoridades regionales que implementarán un eventual acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, previsto para marzo próximo.
En la segunda ciudad de Colombia, Medellín, Uribe perdió en lo que es considerado como su feudo. Su candidato Juan Carlos Vélez recogió el 34,35%, frente Federico Gutiérrez, candidato de centro, ganador con 35,68%.
En Cali (oeste), tercera ciudad colombiana, el empresario Maurice Armitage ganó con el 38,77%, dejando en tercer lugar al exvicepresidente Angelino Garzón con 21,34%.
«Perdieron los dos extremos»
«Ha triunfado la coalición de gobierno y han salido derrotados de manera significativa tanto la oposición que lidera el expresidente Uribe, como la izquierda, que se quedó sin la capital», dijo a la AFP el politólogo Fernando Giraldo.
«Perdieron los dos extremos ideológicos en Colombia», señaló el experto, que por otro lado vislumbra «el gran desafío de los nuevos gobernantes de aunar las necesidades inmediatas de la vida cotidiana de la gente y las necesidades del posconflicto en la construcción de la paz».
Estos fueron los primeros comicios regionales desde el inicio, en noviembre de 2012, de las negociaciones del gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), la mayor y más antigua guerrilla del país.
«En máximo 148 días, según fue acordado, debemos poner fin a este conflicto armado interno que nos ha desangrado y causado tanto dolor durante más de 50 años y podremos, entre todos, seguir avanzando en la construcción de la paz», apuntó el presidente Juan Manuel Santos, al llamar a la unidad.
Las partes sostienen conversaciones en La Habana en medio de un alto al fuego unilateral decidido por las FARC y de una suspensión de los bombardeos ordenada por Santos.
«Las elecciones de hoy fueron las más pacíficas y menos violentas en décadas y son un anticipo de lo que podemos lograr si alcanzamos la paz», dijo el mandatario, que deploró el único incidente grave de la jornada: la muerte de un soldado en Antioquia (noroeste), en un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla en Colombia.
Unos 34 millones de colombianos estaban convocados a designar, por cuatro años, a los gobernadores y diputados de los 32 departamentos del país, así como a los alcaldes y concejales de los 1.102 municipios y cientos de representantes de juntas locales.