Iván Duque llega a la mitad de su mandato bajo la tormenta del COVID-19 - 800Noticias
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EFE

El presidente colombiano, Iván Duque, llega al ecuador de su mandato con el país inmerso en una crisis sin precedentes por la pandemia del coronavirus por lo cual plantea iniciativas centradas en la salud y la reactivación económica para los dos años que le quedan de Gobierno.

Duque fue investido presidente el 7 de agosto de 2018 pero, a diferencia de sus antecesores, no tuvo la tradicional luna de miel de los primeros cien días porque la polarización del país, alborotada en las elecciones que lo llevaron al cargo, le dejó poco margen de maniobra.

En estos dos años, además de lidiar con una oposición feroz, principalmente por divergencias en la aplicación del acuerdo de paz con las FARC, firmado por su antecesor, Juan Manuel Santos, Duque enfrentó una ola de críticas por los numerosos asesinatos de líderes sociales y de exguerrilleros desmovilizados, así como las protestas de finales del año pasado y ahora la COVID-19.

La emergencia sanitaria por el coronavirus obligó al Gobierno a hacer ingentes inversiones de unos 28,79 billones de pesos (unos 7.692 millones de dólares) en el campo social, en especial en la salud, subsidios a los más pobres y seguridad alimentaria.

OBJETIVOS ANTE LA PANDEMIA

La pandemia, que deja hasta el momento 357.710 casos positivos y 11.939 fallecidos en el país obligó al mandatario a reformular algunos objetivos de su Gobierno con la mirada puesta en superar la emergencia sanitaria y el desastre que supone para la economía que, según las más recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), sufrirá este año una caída del 7,8 %.

«Nosotros hemos sido claros en que el objetivo principal nuestro ahora es, por un lado, proteger la vida y la salud, y por el otro la reactivación (económica)», manifestó el presidente este jueves en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en la que hizo un repaso de su gestión y de los desafíos que vienen.

Duque aseguró que su Gobierno tiene una hoja de ruta para la época de pospandemia, que marcará los dos años que le quedan en el cargo, denominada «Compromiso con Colombia», que consta de cuatro pilares: generación de empleo, crecimiento limpio, apoyo a los más vulnerables y compromiso con el campo y con la paz con legalidad.

Esos objetivos tienen un compromiso transversal que es el de la salud para, una vez pase la pandemia, dejar al país un sistema fortalecido en lo financiero, en lo posible sin deudas, y sentar las bases de un programa de telemedicina y atención en casa.

NAVEGAR EN MEDIO DE LA TORMENTA

Según el presidente, el país tiene «que navegar en esta tormenta» y asumir lo que dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): «No hay una vacuna hoy, no hay un tratamiento hoy, nadie adquiere inmunidad, entonces no podemos quedarnos encerrados indefinidamente sino hacer de este ejercicio de reactivación lo suficientemente efectivo pero siempre de la mano de los protocolos de bioseguridad».

Con el plan «Compromiso con Colombia», que presentó al Congreso el pasado 20 de julio, el Gobierno aspira a conseguir en los próximos dos años inversiones público-privadas de 100 billones de pesos (unos 27.717 millones de dólares), principalmente en el desarrollo de obras de infraestructura, incluidas vías terciarias para conectar zonas del país que no cuentan siquiera con una carretera.

«Nuestra meta es llegar a un millón de empleos y que tengamos un elemento adicional de aceleración de la economía colombiana en medio de esta coyuntura tan compleja», afirmó el presidente sobre el primer pilar de su plan.

En lo referente al crecimiento limpio, el Gobierno pone sus fichas en 25 proyectos de generación de energía geotérmica, eólica y fotovoltaica.

El compromiso con los más vulnerables incluye subsidios a la educación superior y el programa Ingreso Solidario que da a 3 millones de hogares que no reciben ninguna transferencia del Estado un subsidio de 160.000 pesos mensuales (unos 43 dólares).

Este programa fue creado en abril, con una duración inicial de tres meses, pero el Gobierno decidió prolongarlo hasta junio de 2021, «con el propósito de mitigar los impactos derivados de la emergencia».

En cuanto al compromiso con el campo y con la paz con legalidad, continúa con intervenciones en los 170 municipios más afectados por la violencia del conflicto armado.

ASESINATO DE LÍDERES SOCIALES

Duque reconoció que la violencia, y en particular los constantes asesinatos de líderes sociales, es «un tema que nos preocupa, nos duele», aunque insistió en que no es un problema nuevo sino que comenzó en el anterior Gobierno.

«El número de asesinatos perpetrados entre 2016 (año de la firma de la paz con las FARC) y agosto de 2018 (terminación del Gobierno de Juan Manuel Santos) era de alrededor de 225», dijo.

Según el presidente, «a la fecha, con los casos confirmados y con la unificación de datos con Naciones Unidas, llevamos 185 asesinatos en estos dos años».

«A mí me duele profundamente aunque hay una reducción (…) a mí me preocupa porque son el narcotráfico y la minería ilegal los que están principalmente perpetrando estos crímenes», afirmó.

Sin embargo, las cifras del Gobierno son menores que las de organismos como el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), que asegura que solo en los primeros seis meses de este año fueron asesinados 140 líderes sociales, mientras que otro informe calculó en 971 los asesinados desde la firma de la paz hasta mediados de julio pasado.

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