«It’s a sin», una carta de amor a los que el sida se llevó
EFE
Hubo unos que abandonaron la ciudad para no volver jamás. Otros ingresaron en un hospital y murieron solos, en silencio. Fueron víctimas de un virus entonces desconocido que, a lomos del estigma y la desinformación, segó desde los ochenta miles de vidas que ahora vuelven a emerger del olvido con la serie «It’s a sin» (HBO), un canto a los que el sida se llevó.
La nueva ficción del guionista Russell T. Davies, nominado al Emmy y padre de las exitosas «Queer as folk» y «Years and years», vira la mirada cuarenta años atrás para narrar con humor e irreverencia, pero sin ahorrar en crudeza, la llegada del VIH al Reino Unido.
Las calles de Londres fueron testigo en los ochenta de cómo un extraño virus se cernía sobre la comunidad gay, convencida en un inicio de que se trataba de una invención de los poderes para truncar la revolución queer.
«Unos vivieron, otros murieron, pero todos se divertían», recuerda en una entrevista con la prensa internacional Russell T. Davies, partidario de «mirar a la muerte de frente», aunque esto comporte abrazar la tristeza como lo hace «It’s a sin» a lo largo de sus cinco capítulos, de sesenta minutos cada uno.
Protagonizada por el líder y cantante de la banda «Years & Years», Olly Alexander, la serie sigue de cerca las vivencias de tres jóvenes gais que se embarcan en una nueva vida en Londres para explorar su sexualidad en libertad.
El extrovertido Ritchie, cabecilla del grupo, abandona su hogar en la Isla de Wight y encuentra en la capital británica un ambiente idóneo para salir del armario y estudiar lo que realmente le apasiona.
Pronto conoce al explosivo Roscoe (Omari Douglas), a Colin (Callum Scott Howells) -el más inocente- y al tímido Ash (Nathaniel Curtis), un clan que comparte piso con su mejor amiga, Jill (Lydia West, revelación de «Years and years»).
Acompañan a este elenco de «nuevos talentos», en palabras de Russell T. Davies, nombres de peso como Neil Patrick Harris, Stephen Fry, Keeley Hawes y Tracy Ann Oberman, que ponen la guinda a una serie que está batiendo récords de audiencia tras su estreno en el Reino Unido.
«LA OTRA PANDEMIA»
Parte del éxito se debe a un inesperado don de la oportunidad, reconoce Davies, ya que «It’s a sin» se ambienta en «la otra pandemia», la del sida, y «aunque cabía la posibilidad de que la gente no le apeteciera mirar un drama sobre un virus, la historia ha gustado».
«Los personajes se hacen querer y cuando se van -porque mueren o porque llega el final de la serie- se les echa de menos, una tristeza que simula la que sentimos cuando perdemos a alguien porque ya no está o porque no podemos abrazarnos», reflexiona el guionista.
Más allá de esta conexión anímica, «It’s a sin» pone la actualidad ante el espejo e invita a sacar conclusiones como que «si la covid fuera una enfermedad de transmisión sexual [como el sida], estaría mucho más invisibilizada», opina Davies.
El guionista ha vertido en la ficción sus vivencias con la llegada del VIH en los ochenta, cuando él tenía la edad de los protagonistas y vio cómo el sida se llevó a varios amigos en un contexto de escepticismo y bulos alimentados por el estigma contra la comunidad gay.
«‘IT’S A SIN’ CAMBIA VIDAS»
La serie, en su apego por retratar con realismo la época, refleja una imagen del VIH que no es cierta hoy -«que ya existen tratamientos y el sida no es una sentencia de muerte»- y esto es algo que preocupaba a Davies porque «a mucha gente todavía le encanta el prejuicio y el sesgo».
Por suerte, dice el guionista, activistas y expertos han abanderado en el Reino Unido una campaña para poner en tela de juicio las falsedades de la década que narra «It’s a sin» y avanzar en el objetivo del gobierno británico de erradicar nuevos casos del VIH para 2030.
Desde su estreno, la serie disparó las solicitudes de pruebas del virus en Inglaterra: se realizaron 8.207 en el primer día de la «Semana Nacional del Test VIH», cuatro veces más que en la mejor jornada hasta la fecha, lo que obligó al sistema sanitario público a encargar 10.000 tests adicionales, según datos de la organización Terrence Higgins Trust.
Para Davies, este es el verdadero éxito de «It’s a sin», «cambiar vidas».