Italia recuerda en un acto oficial a sus más de 103.000 muertos por el coronavirus
EFE
El 18 de marzo de hace un año un asistente de vuelo se asomó a la ventana de su casa en Bérgamo (norte de Italia) y tomó la foto del convoy con decenas de camiones militares, una imagen que creó la conciencia de la tragedia que se estaba consumando en Italia por el coronavirus, pues transportaban decenas de ataúdes a los incineradores de otras ciudades.
Italia ha elegido esa fecha para conmemorar el Día Nacional de las Víctimas de la COVID-19 y hoy se celebró en Bérgamo una ceremonia con la presencia del presidente del Gobierno, Mario Draghi, para recordar a las 103.432 personas que se ha cobrado la pandemia y que siguen aumentando en centenares cada día. Sólo ayer fallecieron 431.
Bérgamo, ciudad industrial del norte italiano, se convirtió en los primeros días de marzo en el epicentro de la pandemia en toda Europa, pero hasta que no se vieron los camiones llenos de ataúdes, porque no se sabía qué hacer con ellos en los hospitales, no se tuvo conciencia de lo que realmente estaba sucediendo.
Los vehículos militares llevaron más de 60 cuerpos de las víctimas de la zona de Bérgamo a Varese, Módena, Piacenza, Parma, Rimini y otras ciudades para su incineración, porque el crematorio de la ciudad, el de Orobic, había llegado al colapso.
A las 11.00 horas, Draghi depositó una corona de flores en el cementerio monumental de la ciudad y después asistió a la inauguración del Bosque de la Memoria, donde se han plantado los primeros cien árboles, de un lugar que recordará a las víctimas de la COVID-19.
DRAGHI: «DÍA DE TRISTEZA, PERO TAMBIÉN LLENO DE ESPERANZA»
«Esta es una jornada llena de tristeza, pero también de esperanza. Quiero que me sintáis cercano en la tristeza y en la esperanza», comenzó Draghi su discurso en la explanada donde se han plantado un centenar de árboles, pero que llegará a tener más de 800, como la cifra de víctimas de la COVID-19 en la provincia de Bérgamo.
«Son muchas las imágenes de esta tragedia, que han afectado a todos, en Italia y en el mundo. Pero una de ellas sobre todo es imborrable: el convoy de camiones militares llenos de ataúdes», afirmó.
Draghi ofreció a los ancianos su promesa de que nunca más suceda «que las personas frágiles no sean atendidas y protegidas adecuadamente». «Solo así respetaremos la dignidad de quienes nos han dejado».
«Recordar nos ayuda a tomar buenas decisiones para proteger la salud pública y salvaguardar el trabajo de los ciudadanos», agregó.
En su intervención ante solo varias decenas de personas sentadas a distancia de seguridad, Draghi también se refirió a que «la suspensión de la vacuna AstraZeneca, implementada el lunes con varios otros países europeos, fue una decisión temporal y por precaución» y que sea cual sea la recomendación que dé hoy la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), «la vacunación continuará con la misma intensidad, con los mismos objetivos».
«El aumento de los suministros de algunas vacunas ayudará a compensar los retrasos de otras compañías farmacéuticas. Ya hemos tomado decisiones contundentes con empresas que no cumplen los acuerdos», recordó.
TODOS EN BÉRGAMO HAN PERDIDO A UN FAMILIAR
El alcalde de la ciudad, Giorgio Gori, explicó que en la provincia de la Bérgamo han muerto cerca 600 personas y destacó cómo en esos días de hace un año decenas de ancianos murieron en sus casas o en las residencias sin que nadie determinase que habían muerto por COVID.
«Habíamos soñado con el fin de la pandemia, pero todavía no ha llegado. Nos hubiera gustado que esta pradera estuviera llena de gente. Fuimos el símbolo de la pandemia el año pasado, con las imágenes de los convoyes de camiones militares, por eso queremos ser hoy un símbolo del renacimiento», dijo.
Gori recordó que en Bérgamo no hay nadie que no haya perdido a un familiar cercano.
Por ello Draghi fue el encargado de nombrar a «muchas las figuras simbólicas de la resistencia civil» de Bérgamo que murieron durante aquellos días,
Citó a Fausto Resmini, capellán de la prisión de Bérgamo que nunca abandonó; Piero Busi, regidor de Valtorta; Giorgio Valoti, alcalde de Cene; Maddalena Passera, anestesista, quien murió a los 67 años poco después de su hermano Carlo, médico de familia, o Diego Bianco, de 46 años, trabajador del servicio de urgencias.
En esta primera jornada nacional de recuerdo de las víctimas del coronavirus todos los edificios institucionales han colocado sus banderas a media asta y se ha guardado un minuto de silencio en la Cámara de los diputados y el Senado. EFE