Isabel II se aferra a Kate Middleton para garantizar el futuro de la Corona
ABC
Jamás pensaron Guillermo (38 años) y Kate de Cambridge (39) que el 2020, el amargo año de la pandemia, sería también el de su debut como cabezas al frente de la Corona británica. Siendo Isabel II (94) y Felipe de Edimburgo (99) personas de riesgo, al igual que Carlos de Inglaterra (72) y su esposa Camila de Cornualles (73), a la Reina no le costó ceder el testigo a su nieto -y futuro Rey- y a su mujer.
Así, los duques de Cambridge han afrontado una época muy difícil, que llegaba tras una etapa muy complicada para la Casa Real británica -por el «Megxit» y el escándalo del príncipe Andrés- y para ellos mismos, pues en 2019 hicieron frente a una crisis matrimonial que llegó a los tabloides ingleses y que situó en el mapa a Rose Hanbury, la marquesa de Cholmondeley.
Con este último año tan intenso y con Reino Unido sumido en un nuevo confinamiento por las graves cifras a causa del virus, parece que para Catalina de Cambridge lo ocurrido antes de la pandemia ya es historia. En su cabeza ahora mismo existen otras preocupaciones y así lo volvió a constatar ayer, en el día de su 39 cumpleaños. «Gracias por vuestros buenos deseos a la Duquesa por su cumpleaños. Los cumpleaños han sido muy diferentes los últimos meses y nuestros pensamientos siguen estando con aquellos que están trabajando en primera línea en estos momentos enormemente difíciles», publicó ayer la cuenta oficial de los duques de Cambridge.
En un discreto segundo plano, a Kate de Cambridge siempre se le han presupuesto los atributos de incondicionalidad, fortaleza, paciencia y saber estar por el mero hecho de que es la pareja del futuro Rey de Inglaterra. Da igual que en los inicios de su noviazgo con el príncipe Guillermo dijeran de ella que se había matriculado en su misma universidad «para cazar» al heredero a la Corona, o que desde entonces se le haya comparado en incontables ocasiones con Diana de Gales y, más tarde, con Meghan Markle.
La Duquesa ha aguantado muchos de estos envites con tesón, elegancia y una sonrisa que, aunque puede que sea ensayada, le queda muy natural. Al mismo tiempo, ha ido haciendo camino: se ha mostrado al mundo como una mujer comprometida en cuestiones humanitarias, como una madre entregada y con dos pasiones, la fotografía y la jardinería. «Es muy natural y muy sincera. Inteligente, se adapta con facilidad. Se ha comportado de una forma muy digna», contó a «Vanity Fair» la española lady Pilar Brennan, invitada frecuente a las tardes de té en el Castillo de Windsor. Quizá por todo esto los sondeos de popularidad sobre los miembros de la Familia Real británica sitúan a Catalina de Cambridge por detrás de la Reina Isabel y muy por delante del príncipe Guillermo, aunque ella haya reconocido en varias ocasiones que su marido ha sido el «mejor maestro» que ella pudiera tener.
Dejando a un lado la pandemia, en los últimos meses a la Duquesa se la ha visto más relajada y tranquila que nunca. Consciente de que siempre irá dos pasos por detrás de su marido, ahora ha tomado conciencia de que -por primera vez en mucho tiempo, y pese a tener la aprobación de la Reina desde el principio-, por fin se le ha dado el lugar que le corresponde. Ella es la mujer que servirá como referente de la Corona.