Isabel II atiende audiencias de forma virtual tras alta hospitalaria
EFE
La reina Isabel II ha atendido audiencias virtuales desde su residencia del castillo de Windsor siete días después de que los médicos le recomendaran descansar y tras pasar una noche ingresada en un hospital de Londres, informan este martes los medios británicos.
Esas tareas son las primeras que desempeña la soberana británica, de 95 años -aunque de manera virtual- desde que fuera la anfitriona de una recepción con motivo de la próxima cumbre climática Cop26, que arrancará el próximo mes en Glasgow (Escocia).
La monarca tuvo que cancelar la pasada semana un viaje programado a Irlanda del Norte atendiendo las recomendaciones de sus médicos y el pasado día 20 pasó una noche ingresada en un hospital para ser sometida a pruebas médicas preliminares, cuyos detalles no han trascendido.
Su ingreso hospitalario fue el primero en ocho años y generó inquietud por el estado de salud de la reina en el país.
Durante esas primeras audiencias celebradas desde su ordenador, Isabel II lució un vestido en tonos amarillos y un collar de perlas y apareció sonriente, según revelan los medios locales, que indicaron que la reina departió con el embajador de la República de Corea, Gunn Kim.
La soberana, que está siendo cuidada por el equipo médico de la Casa Real, debe atender eventos en Escocia con motivo de la Cop26, en los que participará también el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles y los duques de Cambridge, entre el 1 y el 5 de noviembre.
Su reciente ingreso hospitalario se mantuvo en un principio en secreto hasta que el palacio de Buckingham -su residencia oficial en Londres- se vio forzado a emitir un comunicado para confirmarlo tras una filtración del tabloide británico The Sun.
El pasado 12 de octubre se vio a la reina por primera vez empleando un bastón para caminar y el pasado día 21, tras su alta hospitalaria, se encontraba «de buen ánimo», según fuentes oficiales.
Sin embargo, en declaraciones al Sunday Times, fuentes monárquicas señalaban que Isabel II se encontraba «agotada» debido a su ajetreada vida social y su preferencia por ver la televisión hasta altas horas de la noche.