Mujeres iraníes necesitan probar su virginidad para casarse
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Es increíble que en pleno siglo XIX cuando hay muchos métodos de información, todavía hayan regiones del planeta que mantienen prácticas inhumanas alegando que es parte de su idiosincrasia o cultura.
En Irán las mujeres deben en muchos casos tener un certificado de virginidad a solicitud del hombre, una práctica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) viola los derechos humanos.
Pero durante el último año, la campaña de oposición a esta costumbre ha estado sumando cada vez más adeptos.
«Tu me engañaste para casarte conmigo. Tú no eres virgen. Nadie se casaría contigo si supieran la verdad». Esto fue lo que dijo el marido de Maryam después de que tuvieron relaciones sexuales por primera vez.
Ella trató de convencerlo de que a pesar de no haber sangrado tras la penetración, nunca antes había tenido relaciones. Pero él no le creyó y le exigió que consiguiera un certificado de virginidad.
Este reclamo no es inusual en Irán. Después de comprometerse, muchas mujeres van al médico para que certifique que no han «perdido la virginidad», reseñó la BBC en su porta web.
Sin embargo, la OMS ha sido clara al remarcar que la virginidad no tiene ningún fundamento científico.
El certificado que le dieron a Maryam decía que su himen era del tipo elástico, lo que significa que tal vez no sangre después de una relación.
Acabar con la práctica
La historia de Maryam es la realidad la de muchas mujeres en Irán. Permanecer virgen antes de la boda sigue siendo crucial para muchas aspirantes al matrimonio y sus familias. Es un valor que está incrustado en los sectores más conservadores de la cultura.
Pero recientemente las cosas han empezado a cambiar. Mujeres y hombres alrededor del país han comenzado a hacer campaña para acabar con los certificados de virginidad.
El pasado mes de noviembre, una petición hecha por internet alcanzó las 25.000 firmas en menos de un mes. Fue la primera vez que los exámenes para certificar la virginidad recibieron un rechazo abierto por parte de miles de personas en Irán.
«Es una violación de la privacidad y es humillante», dijo Neda.
Cuando ella tenía 17 años y era estudiante en Teherán, tuvo relaciones sexuales por primera vez.
«Entré en pánico. Me asustaba el hecho de saber qué pasaría cuando mi familia se enterara».
Presión familiar
La OMS ha señalado en múltiples ocasiones que los exámenes para determinar la virginidad son antiéticos y carecen de soporte científico, todavía se llevan a cabo en distintos países, como Indonesia, Irak y Turquía.
La Organización Médica de Irán afirma que solo realiza este tipo de exámenes bajo circunstancias específicas, como casos judiciales y acusaciones de violación.
Sin embargo, la mayoría de las solicitudes para estas prácticas sigue viniendo de parejas que están planeando casarse. Las mujeres acuden entonces a cínicas privadas, a menudo acompañadas de sus madres.
Entonces una ginecóloga o una partera realizan el examen y expiden un certificado. Este incluye el nombre completo de la mujer, el nombre de su padre, su documento de identidad y algunas veces, una foto.
El certificado describe el estado del himen e incluye la frase: «Esta mujer parece ser virgen».
En las familias más conservadoras, el documento lo firman dos testigos, normalmente las madres.
Con información de la BBC.