Qué ocurre en el cerebro cuando pasa de hablar a teclear
EFE
Una investigación pionera del Basque Center on Cognition Brain and Language (BCBL) en la ciudad de San Sebastián (norte de España) intenta ver qué cambios se producen en el cerebro y en la actividad cognitiva cuando una persona modifica velozmente su forma de comunicarse al pasar de hablar a teclear.
Los resultados de este estudio podrían contribuir a desarrollar nuevos métodos de aprendizaje y servir de ayuda en la rehabilitación de personas que han sufrido un ictus cerebral, informó este martes el BCBL en un comunicado.
Para realizar esta investigación, el BCBL busca 35 «supertecleadores», esto es, personas capaces de teclear sin mirar, con edades entre 18 y 40 años, que sean diestras y tengan el castellano como idioma predominante.
Estos voluntarios deberán participar durante tres horas en una prueba de resonancia magnética y tareas conductuales mediante la repetición y el tecleo de palabras, explica Svetlana Pinet, investigadora del BCBL que lidera el equipo del proyecto.
Para poder realizar este estudio, el BCBL ha diseñado un teclado especial, sin ningún objeto metálico, de manera que pueda introducirse en el aparato de resonancia magnética.
«Los participantes entrarán tumbados al escáner con el teclado en las piernas. Entonces veremos cómo se comportan en diferentes situaciones: hablando o escribiendo», añade la experta.
También realizarán tareas conductuales, como escuchar una palabra y repetirla o ver una imagen y escribir lo que representa.
El estudio espera encontrar diferencias entre estas acciones en diferentes zonas como el cerebelo, el lóbulo temporal y el giro fusiforme y especialmente en la corteza motora, que ocupa las funciones relacionadas con el movimiento de manos y el habla.
Se espera que los resultados obtenidos en la investigación, que durará un año cuando finalicen las pruebas magnéticas y conductuales, sirvan para entender mejor estas zonas cerebrales y aporten datos de valor que contribuyan al desarrollo de nuevos métodos docentes para aprender, por ejemplo, idiomas.
El conocimiento generado podría ayudar asimismo a mejorar la rehabilitación de pacientes que han sufrido un ictus cerebral y que tienen que hacer frente a dificultades para hablar, así como a mejorar la eficacia de las cirugías de tumores cerebrales al disponer de una información más precisa de qué regiones del cerebro son fundamentales para la comunicación.