Investigadores españoles crean una impresora en 3D de piel humana
El Mundo
Un equipo de investigadores españoles ha desarrollado un prototipo de bioimpresora en 3D que fabrica piel humana «totalmente funcional». Esta piel «es apta para el trasplante y también puede usarse en la investigación y testeo de productos cosméticos y farmacéuticos», tal y como explica José Luis Jorcano, profesor del departamento de Bioingeniería de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y responsable de la unidad de Ingeniería Biomédica de la Unidad Mixta Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)/UC3M.
Además de la Universidad Carlos III y el CIEMAT, también han participado en el diseño del prototipo investigadores del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y la empresa BioDan Group, que comercializará el producto.
La gran ventaja de la impresora, señala Jorcano, es que permite crear piel «de una forma automatizada y estandarizada, con lo que se mejora la reproducibilidad del proceso. Además, también hace posible que se abaraten significativamente los costes de producción«.
Actualmente, la producción de piel para el uso en investigación o en la atención, por ejemplo, de grandes quemados, se realiza de forma manual. Se toma una muestra de tejido a través de una biopsia; después estas células se cultivan durante unas semanas hasta que se consigue la regeneración de la piel necesaria.
A mayor escala y de una forma más automatizada, la bioimpresora permite «replicar la estructura natural de la piel, con una capa externa, la epidermis, junto a otra más profunda, la dermis», explica Jorcano, quien aclara que el proyecto se encuentra en fase de aprobación por diferentes organismos reguladores europeos que deberán dar el visto bueno a su uso en pacientes.
Al igual que ocurre con la técnica manual, la piel que crea la bioimpresora no permite, de momento, la reproducción, entre otras estructuras, de las glándulas sebáceas presentes en la piel, aunque, es algo en lo que el equipo ya está trabajando. «El siguiente paso que estamos investigando es abordar la generación de estas estructuras que no son continuas, sino que están en posiciones concretas de la piel. Todavía lo estamos estudiando, pero tenemos indicadores de cómo llegar a producir cosas que manualmente no podíamos hacer, como gándulas sebáceas o pelo», indica Jorcano.