Intel, en asociación con el Departamento de Energía de Estados Unidos, el Laboratorio Nacional de Argonne y HPE desarrolla desde hace años la supercomputadora Aurora Exascale. Utilizando computación de alto rendimiento e inteligencia artificial (IA), Aurora impulsará la investigación científica en prácticamente cualquier campo imaginable.

La construcción de esta tecnología es una labor monumental y ha requerido el apoyo de miles de ingenieros de todo el mundo para hacerla realidad. Y el equipo de Raffael Mendez, Customer Engineering Manager en Intel, localizado en el Centro de Diseño en Guadalajara de Intel (GDC, por sus siglas en inglés), también juega un papel importante en su desarrollo.

¿Qué tan poderosa es una supercomputadora?

Una supercomputadora funciona técnicamente de la misma manera que una común y corriente, con la diferencia de que puede realizar millones de cálculos por segundo.

«Una supercomputadora se compone de muchísimos servidores o computadoras interconectadas funcionando como una sola para resolver problemas que requieren el procesamiento de datos masivos», comenta Mendez en entrevista con Business Insider México.

«En una computadora normal, procesar estos datos podría tomar años, pero con una supercomputadora, esto podría hacerse en segundos», agrega Mendez.

El valor con el que se mide el poder de rendimiento de una supercomputadora se conoce como exaFLOPS. Básicamente, con un exaFLOPS se pueden calcular al menos un trillón (1018) de operaciones de punto flotante por segundo.

Aurora será capaz de entregar más de 2 exaFLOPS de poder de cómputo; o sea, podría realizar 2 billones de billones de cálculos por segundo, en su punto más alto de actividad.

Una de las características distintivas de Aurora será su capacidad para integrar a la perfección herramientas científicas de análisis de datos, modelado y simulación e IA.

Con todas estas capacidades combinadas en una sola máquina, investigadores de todo el mundo podrían construir modelos infinitamente más precisos en una diversidad de dominios científicos; desde la ciencia del clima y los materiales, hasta el almacenamiento de energía y desarrollar una posible cura contra el cáncer.

El GDC de Intel es clave para el desarrollo y validación de tecnología diseñada por el gigante de la computación. Y el equipo de Raffael trabaja arduamente para probar y perfeccionar los servidores que utilizará la supercomputadora Aurora.

El sistema Aurora se basará en el procesador escalable Intel Xeon de próxima generación, arquitectura discreta Intel Xe, DAOS, memoria persistente Intel Optane de próxima generación, todo vinculado con el software oneAPI para ofrecer un rendimiento de exaescala.

Aurora equipará de 9,000 a 10,000 nodos interconectados con procesadores Intel, desarrollados para soportar tecnología de IA. El mantenimiento de los servidores que albergará toda esta tecnología será clave para el funcionamiento adecuado de la supercomputadora.

«Nuestra principal responsabilidad es que tenemos que aprender del proyecto desde que se está desarrollando y seguir todo su ciclo de vida. Esto para ayudar a los clientes cuando tengan preguntas técnicas. Incluso nos ha tocado dar entrenamientos y asistir a eventos de marketing», comenta Mendez.

En el GDC, el equipo de Raffael entra en acción validando los servidores que permitirán almacenar y procesar rápidamente todos los datos que se utilicen en la supercomputadora. Tan solo en 2022, su equipo viajó tres veces a Estados Unidos para realizar labores de apoyo en el proyecto.

«Los ingenieros que tenemos aquí en Intel Guadalajara se han encargado de validar que funcionen estos equipos; de diseñarlos e incluso de hacer pruebas y, cada vez que hay una mejora, publicar en internet un paquete de mejora con los clientes para que puedan actualizar sus servidores y tengan las últimas ventajas del mercado», enfatiza.

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