Europa bajo la nieve mientras que el Polo Norte tiene temperaturas primaverales
ABC
Mientras el final del invierno en el hemisferio norte está marcado por condiciones climáticas extremas, con un período de frío prolongado en gran parte de Europa, del que España no ha escapado, el Ártico está registrando temperaturas excepcionalmente altas. Así, según los registros del Instituto Meteorológico Danés, la temperatura en la estación Cape Morris Jesup, en Groenlandia, en uno de los puntos más cercanos de cualquier masa terrestre al Polo Norte, ha superado el punto de congelación en varias ocasiones desde el pasado 16 de febrero.
Esta estación meteorológica mantiene registros desde 1980, arrojando una temperatura media para el mes de febrero de -32,9ºC. En este tiempo, solo en dos ocasiones anteriores se han medido temperaturas similares, una en 2011 y otra en 2017, según esos registros. Las temperaturas en estos días han llegado a alcanzar los 2-3ºC positivos, aunque el día 23 se midieron 6ºC, un dato que apunta el meteorólogo Mario Picazo. «Las máximas que se han registrado estos días son más propias de mayo que de febrero», afirma.
La razón para esos valores tan elevados está en «una gran ondulación en la corriente de chorro sobre el Atlántico norte que ha favorecido el flujo de vientos de componente sur y la consiguiente llegada de aire más templado», explica.
Un agujero cálido
Lo cierto es que las altas temperaturas en el Ártico son motivo de especial preocupación, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que teme un nuevo mínimo histórico en la superficie de hielo marino a final del invierno. Si en enero casi toda la región estuvo 3ºC por encima de la media, aunque con zonas donde la diferencia térmica sobre el promedio fue de 9ºC, ahora mismo se está registrando una «anomalía súper positiva de entre 25-30ºC, que se extiende desde la costa noreste de Groenlandia pasando por el Polo Norte, hasta la costa norte de Rusia. Un gran agujero cálido en pleno invierno en una de las regiones más frías de la tierra», sostiene Picazo.
Ya en enero la extensión del hielo marino en el Ártico fue la más baja registrada en ese mes, y la previsión es que a medida que se va retrayendo el hielo marino este calentamiento se amplifique, ya que la nieve y el hielo reflejan el 86% de la energía solar. A menor extensión de hielo, más calor absorbe el océano, que se calienta y vuelta a empezar.