Inquietud en el gobierno israelí ante el recuento electoral en EEUU - 800Noticias
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EFE

El silencio del Gobierno israelí ante el recuento electoral en EE. UU. marca la tónica de los últimos días y según medios locales el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó al Gabinete no hacer declaraciones hasta que no haya un resultado definitivo.

El Ejecutivo sigue con inquietud el avance del escrutinio, que según analistas estadounidenses muy probablemente dará la victoria al demócrata Joe Biden y desbancará de la Presidencia a Donald Trump, con quien Netayahu ha mantenido una fuerte alianza y gran sintonía en los últimos cuatro años, en los que Washington ha roto con varias de las posiciones históricas estadounidenses a favor de las posturas israelíes.

El apodado Bibi, según la prensa local, pidió a los ministros de su partido, el Likud, que mantengan un «perfil bajo». Él mismo ha mantenido la discreción y no ha hecho ninguna declaración al respecto de la tensa situación que se vive en Estados Unidos.

Según los analistas, Netanyahu prefiere claramente la victoria de Trump pero, a medida que avanza el escrutinio y este está cada vez más lejos de ganar, se prepara para abordar una nueva Administración demócrata que se prevé que sea menos favorable a sus posturas derechistas y muestre reticencia a la expansión colonial israelí en territorio palestino ocupado, como había hecho la Casa Blanca hasta la llegada de Trump.

Netanyahu «desearía que Trump continuara, pero intentará usar el cambio de Administración a su favor», explica a Efe el analista Aviv Bushinsky, antiguo asesor del jefe de Gobierno.

En su opinión, tanto el primer ministro como el probable nuevo presidente de EE. UU., Joe Biden, «intentarán mostrar que son cercanos y que tienen amistad» pese a no tener completa sintonía a nivel político, algo que asesores y allegados de Netanyahu han intentado destacar estos últimos días.

«Aunque el mandato de Donald Trump fue un período fantástico desde el punto de vista de Netanyahu, Joe Biden también es considerado un verdadero amigo de Israel», remarca una fuente del Likud en declaraciones recogidas hoy por el diario local Maariv.

La estrecha alianza entre Trump y Netanyahu se materializó estos años con polémicas medidas como el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital israelí, el traslado de su embajada a esta ciudad -rompiendo con el consenso internacional-, el reconocimiento del Golán sirio ocupado como territorio israelí o la presentación de un plan de paz para el conflicto palestino-israelí que daba vía libre a la anexión de parte de Cisjordania ocupada.

La posible incorporación bajo soberanía israelí de territorio palestino quedó aparcada temporalmente con el acuerdo de normalización de relaciones con Emiratos Árabes Unidos (EAU), también impulsado por Trump, pero Netanyahu ha dejado claro que no está descartada.

En EE. UU., los demócratas se opusieron desde su inicio a la anexión y se prevé que Biden mantenga la negativa.

Sin apoyo norteamericano, las posibilidades de que haya una anexión se cierran aún más, lo que ha hecho reaccionar a parte de la ultraderecha israelí, como Bezalel Smotrich, diputado del partido procolono Yamina, que instó ayer a Netanyahu a, si pierde Trump, anexionar de inmediato partes de Cisjordania antes del cambio de la Presidencia en enero.

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