INFOBAE | Las fuerzas represivas de Maduro
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Nicolás Maduro se jacta de la unión cívico militar y mantiene el poder a fuerza de amenazas, balas y tortura. Pero la comunión entre milicias y fuerzas ordinarias se ordenan en un aparato represivo bien compartimentado: están los civiles armados, que son grupos paramilitares, y están las fuerzas militares o policiales. Dentro de este último grupo hay quienes reprimen marchas, quienes secuestran gente, y también están los que torturan encarcelados…
El Consejo de las Américas publicó una radiografía explicando las diferencias entre los distintos grupos del aparato represivo montado por el chavismo.
Los colectivos son los guardianes de la ideología chavista. Estos grupos paramilitares, de hecho, se consideran como la «defensa armada de la revolución bolivariana» y se calcula que son alrededor de 100.000.
Creados por Chávez en 2002, cuando se radicalizó el régimen, los colectivos chavistas se transformaron en el brazo armado del régimen. Son grupos paramilitares que utiliza Maduro para amedrentar a los opositores y desalentar la movilización social contra el chavismo. Se financian a través de los planes sociales, reciben partidas para sus proyectos culturales y gestionan tareas públicas como la distribución de alimentos.
Desde 2014, el régimen se dio cuenta de que usar a los colectivos es una estrategia eficaz para disuadir a la población de movilizarse. No siempre actúan con armas de fuego, sino que a veces es suficiente con dejen pintadas o que exista una aglomeración de 20 colectivos en moto recorriendo Caracas para lograr el efecto. Es que estos grupos recorren las ciudades encapuchados, en motos, armados… Cumplen una función simbólica atemorizante.
La Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana
La GNB y la PNB son las dos fuerzas principales que enfrentan a los manifestantes en las calles. La Guardia Nacional fue fundada en 1937 para proteger la seguridad interna del país y mantener el orden público, y se convirtió en una rama de las Fuerzas Armadas en 2007. En 2017, se estimaba que contaba con 70.000 miembros alistados de un total de 160.000 en las cuatro sucursales.
El PNB, por su parte, es una fuerza federal creada por Hugo Chávez en 2008 como una «fuerza policial preventiva», separada de las estatales y locales. En 2017, el PNB tenía aproximadamente 26.000 oficiales. En junio de ese año, Nicolás Maduro dijo que quería añadir 20.000 más a las filas del GNB y del PNB.
Mientras que la GNB y la PNB despliegan tácticas como balas de goma y gas lacrimógeno contra los manifestantes, también están equipados con maquinaria antidisturbios.
Las imágenes de un vehículo blindado que pasó por encima de un manifestante el 30 de abril eran de un vehículo VN-4 «rinoceronte» de la GNB, uno de los casi 200 comprados a un fabricante de defensa chino NORINCO para la Guardia.
La GNB también está equipada con al menos diez vehículos «bat» ABV-1, llamados así por las «alas» de tres metros de altura que pueden desplegarse a cada lado, creando efectivamente una barrera a través de grandes espacios como las autopistas. Además, cuentan con diez «ballenas» WTC-1, inmensos camiones chinos equipados con cañones de agua de 2.400 galones.
Desde el verano de 2016, la GNB es también la rama del ejército encargada de distribuir las escasas importaciones de alimentos.
FAES
Encapuchados y con armas de guerra, los miembros de las Fuerzas de Acción Especial – una unidad de élite de la PNB- se han transformado en el escuadrón de la muerte en Venezuela. Asaltan las barriadas más pobres del país. Operan con total impunidad, establecen toques de queda, simulan enfrentamientos para ocultar asesinatos y después amenazan a familiares y vecinos para que no denuncien.
Es el escuadrón policial más temido en Venezuela y, desde que escaló la tensión en las calles con la juramentación de Juan Guaidó como Presidente Encargado, esos agentes están señalados como autores de la mayoría de los asesinatos.
Las Faes fueron creadas el 14 de julio de 2017 por Nicolás Maduro, quien explicó su fundación «para combatir el crimen y el terrorismo». Si en 2016, la Policía Nacional Bolivariana era responsable del 22% de las muertes en el país, al año siguiente, después de solo seis meses de existencia, las FAES aumentaron ese lamentable récord en un 10%, hasta llegar al 32%.
Su modus operandi es militar. Toman militarmente una zona concreta, como si fuesen un ejército de ocupación y generalmente «cazan» a sus objetivos.
El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin)
Sobre el papel, el Sebin sería más parecido al FBI norteamericano ya que su misión original era proteger la seguridad nacional del territorio. Sin embargo, Chávez desvirtuó su propósito y hoy en día es conocida por la vigilancia doméstica de los ciudadanos, desarrollada bajo la dirección de los servicios de inteligencia cubanos.
Aunque la relación cubano-venezolana se remonta a décadas atrás, los agentes de inteligencia de La Habana comenzaron a presentarse entre las filas de las agencias de inteligencia y las fuerzas armadas venezolanas tras el fallido intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002. Se cree que la asociación se ha intensificado durante los años de Maduro… Hoy, enviados cubanos están presentes en todo el aparato estatal venezolano.
La sede del Sebin está en el Helicoide, un enorme edificio en espiral en el centro de Caracas, construido originalmente como centro comercial a finales de la década de 1950 y que desde entonces se ha convertido en en el centro de tortura chavista.
Este año, el Sebin intensificó sus ataques sistemáticos contra figuras de la oposición, deteniendo al jefe de despacho de Guaidó, Roberto Marrero, al congresista Gilber Caro y al vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, el último de los cuales fue remolcado por el Sebin en su automóvil hasta la sede de la organización después de negarse a entregarse.
Sin embargo, en el Sebin es donde se empieza a sentir el descontento hacia el régimen.
De hecho, los agentes que custodiaban a los presos políticos Leopoldo López e Iván Simonovis ignoraron las órdenes y permitieron que ambos abandonaran su arresto domiciliario. El día que López dejó la prisión domiciliaria en el marco de la Operación Libertad ordenada por Guaidó, el director general del Sebin, , desertó de las filas del chavismo y Estados Unidos le revocó las sanciones individuales que le había impuesto.
La Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM)
Aunque el ejército venezolano ha tenido una unidad de inteligencia desde 1957, desde 2001 se dedica a la contrainteligencia. Desde entonces, investiga a las propias fuerzas armadas y a sus oficiales. En la práctica, los ciudadanos acusados de espionaje o traición suelen ser detenidos por la Sebin, mientras que la DGCIM busca a los militares sospechados de delitos similares.
En marzo, un teniente de la Fuerza Aérea y desertor de la DGCIM testificó y proporcionó pruebas a una audiencia de la OEA sobre las prácticas de tortura empleadas en el Helicoide por funcionarios de la Sebin y la DGCIM. El testimonio podría dar lugar a cargos penales internacionales para los funcionarios implicados.
Crimen organizado, narcotráfico y terrorismo
El 94% de los venezolanos viven en ciudades, lo que la convierte en uno de los países menos densamente poblados del mundo y deja grandes extensiones de territorio desprotegidas en las que operan actores no estatales, incluyendo las guerrillas colombianas del ELN colombiano y algunos ex guerrilleros de las FARC.
También operan miembros del grupo terrorista Hezbollah y grupos locales del crimen involucrados en el tráfico de drogas y la minería ilegal. Además, una facción de militares entre los que EEUU señala a Diosdado Cabello -conocida coloquialmente como el Cártel de los Soles- está involucrada o tiene vínculos con el narcotráfico.