¡IMPRESIONANTE! La muerte de miles de ñus da vida al río que los ahoga
El País de España
Es la gran migración de mamíferos que queda en el planeta: siguiendo el curso de las lluvias, 1,2 millones de ñus dejan el parque nacional del Serengueti, en Tanzania, por los verdes pastos de la reserva Masai Mara, en Kenia. Para llegar hasta ahí han de atravesar el río Mara. No es especialmente caudaloso y su anchura media es de apenas 45 metros. Sin embargo, miles de ñus se ahogan al intentar cruzarlo. Un estudio muestra ahora que tanta muerte sirve para darle vida al río.
Cada verano, a medida que la sabana del Serengueti se agosta, los primeros ñus van cruzando el río. Pero es en septiembre cuando el grueso de los rebaños vadean el Mara. Los documentales han popularizado las dramáticas escenas de los bóvidos atascados y los cocodrilos aprovechando la ocasión. Durante cinco años, un grupo de investigadores de EE UU ha asistido a esta parte de la gran migración para contar muertos. Querían saber cuántos animales morían y su impacto en el río.
Lo primero que han desmontado es el papel de los cocodrilos en la mortandad, Aunque llegan por decenas desde 100 kilómetros de distancia hasta los 13 puntos por los que atraviesan los ñus, apenas 150 mueren en las fauces de los saurios cada año. En realidad, la inmensa mayoría de antílopes perecen ahogados. Según publican en la revista PNAS, la media anual de ñus ahogados en el río Mara es de 6.250 ejemplares. Pero ha habido años en los casi fueron 10.000. En kilos, eso supone una media de 1.100 toneladas de biomasa. Apenas es el 0,5% de la población total pero, como sucede con el ecosistema terrestre, los ñus son vitales para el río.
«Estos cadáveres ofrecen una enorme cantidad de nutrientes para un amplio abanico de carroñeros terrestres y acuáticos, como insectos, peces, cocodrilos, buitres, hienas, mangostas…», dice la investigadora del Instituto Cary para el Estudio de los Ecosistemas (EE UU), Amanda Subalusky. En las semanas posteriores a los ahogamientos masivos, al menos la mitad de la dieta de las tres especies de peces que hay en el río procede de las partes blandas de los ñus. Pero su aportación no se queda aquí.
Tras la primera oleada, solo quedan los huesos, los minerales atrapados en la materia ósea, en especial fósforo. Los autores del estudio estiman que los ñus ahogados aportan hasta seis toneladas de fósforo al año. Además, a diferencia de otros elementos, como el carbono o el nitrógeno de las partes blandas, la aportación de este mineral es lenta y de larga duración. Se necesitan unos 7 años hasta que el último de los huesos de un cadáver se haya disuelto por completo. Este fósforo es esencial para las algas sobre las que descansa todo el ecosistema del río.