Tony Howells, a quien se le diagnosticó Parkinson hace nueve años, recibió el implante experimental en 2019 y afirma que actualmente su capacidad motora ya está casi al 100% y puede hacer, al menos, vida normal.
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson suele producirse tras una pérdida significativa (en torno al 80%) de células nerviosas en la parte del cerebro conocida como sustancia negra, encargada de generar dopamina.
Cuando las células nerviosas de esta parte del cerebro sufren daños o mueren, los niveles de dopamina del paciente bajan drásticamente, lo que hace que el sistema nervioso se esfuerce por regular el movimiento corporal.
El sistema nervioso intenta compensar esta situación emitiendo impulsos nerviosos anormales, lo que ralentiza el movimiento del paciente, endurece los músculos o provoca temblores corporales.
Para estos pacientes y en casos muy graves, una de sus últimas opciones es probar con los ECP.Este tratamiento consiste en implantar quirúrgicamente una batería generadora de impulsos relativamente grande en el abdomen del paciente o bajo la clavícula.
Dada la complicada naturaleza de este procedimiento, esta forma de tratamiento se ha reservado normalmente para pacientes jóvenes y por lo demás sanos.
Sin embargo, el implante de Howells puede cambiar por completo todo lo hasta entonces conocido, ya que es mucho más pequeño y va insertado directamente en el cerebro, lo que reduce la necesidad de realizar una cirugía invasiva en varias partes del cuerpo.
Sin embargo y pese a que todo esto suena realmente positivo para nuestra evolución, no podemos dejar de lado el brainjacking, un tipo de ciberataque en el que un hacker obtiene acceso no autorizado a los implantes neuronales de un cuerpo humano.
En el caso de los enfermos de Parkinson, ya se ha estudiado los posibles ataques y estarían relacionados con un aumento del dolor físico y los temblores.
La peor cara del brainjacking podría materializare en la alteración, mediante un teléfono inteligente o Internet, de los ajustes de la estimulación para que los pacientes con dolor crónico sufran un dolor aún mayor del que experimentarían sin la estimulación.
Sin embargo, la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos ya ha publicado un borrador de directrices previas a la comercialización, para la ciberseguridad de estos dispositivos médicos.
Con información de Computer Hoy