HRW alerta sobre más violencia en México y pide presionar a Cuba y Venezuela
Efe
La organización Human Rights Watch (HRW) alertó este jueves en su informe anual de un auge de la violencia en México y pidió presionar a los gobiernos de Venezuela y Cuba para acabar con la «demagogia» y lograr avances en la protección a los derechos humanos.
Titulado «el peligroso avance del populismo», la ONG alertó en su informe de una creciente ola de populismo en el mundo que amenaza con dañar los derechos humanos y que está personificada por líderes como el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, razón por la que la organización decidió presentar su informe en Washington.
En una rueda de prensa, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, habló de sus observaciones sobre los derechos humanos en América Latina e indicó que la organización está vigilando la situación en México, Cuba, Venezuela y Colombia, donde recientemente el Gobierno firmó un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.
«En México ha habido realmente un incremento de la violencia», afirmó Roth, quien alertó de un repunte de la criminalidad que se acerca a las cifras alcanzadas en 2012 bajo el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), que desplegó a miles de militares para combatir el crimen organizado.
Según HRW, durante el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, miembros de las fuerzas de seguridad han estado implicados en reiteradas y graves violaciones de derechos humanos -incluidas ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y torturas- en el marco de acciones contra el crimen organizado.
«El auge de la violencia se debe a diferentes hechos, la participación de las fuerzas armadas en la lucha contra el crimen organizado y es también producto de la corrupción de la policía y producto de los fallos del Gobierno para hacer cumplir la ley y juzgar los crímenes de las fuerzas del orden», dijo Roth.
Como ejemplo de esos fallos del Gobierno, Roth mencionó la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuyo caso sigue plagado de dudas y de denuncias de inconsistencias en la investigación, lo que aviva la exigencia de los familiares de los jóvenes para lograr justicia y verdad.
En su informe, de manera global, HRW alerta de «una nueva fascinación por el autoritarismo» y de la pasión que despiertan los líderes que implementan la ley del más fuerte.
Ese perfil se hace patente, según dijo Roth, en líderes como el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien ha dañado económicamente a su sociedad y además «socava cualquier principio de separación de poderes» al restar poder a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), controlada por la oposición.
«(Venezuela) es una muy buena ilustración del fenómeno del hombre fuerte y autoritario, pero también del desastre que eso significa para la gente del país», dijo Roth, quien habló de la escasez de medicamentos y alimentos básicos en Venezuela como parte de la situación de «emergencia económica».
En ese sentido, HRW afirma que la revolución bolivariana en Venezuela, iniciada por el difunto presidente Hugo Chávez, y ahora «custodiada» por su sucesor, Nicolás Maduro, ha causado «la ruina económica de los segmentos de menores recursos de la sociedad, a los cuales supuestamente ayuda».
Roth comparó la situación de autoritarismo en Venezuela con la de Cuba, donde el Gobierno de Raúl Castro «continúa reprimiendo el disenso y castigando la crítica pública».
Para el director ejecutivo de HRW, la solución para Venezuela y Cuba pasa por un enfoque multilateral y no solo por el acercamiento unilateral de Estados Unidos, cuya aproximación con La Habana no ha traído los progresos en derechos humanos a los que aspiraba la organización humanitaria.
Sobre Colombia, Roth expresó preocupación por la muerte de más de 40 líderes comunitarios en el último año y aseguró que esa violencia puede suponer una «amenaza inmediata para el clima de paz», creado tras la firma del acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Específicamente sobre Santos, el director ejecutivo de HRW dijo sentirse «decepcionado» porque el presidente «cediera a las presiones políticas» para incluir en el acuerdo de paz una cláusula que supuestamente permite blindar de la persecución penal a los militares responsables de «falsos positivos».
En Colombia se llaman «falsos positivos» a las ejecuciones de civiles cometidas por parte de militares para simular bajas de guerrilleros, muertos en combate. EFE