Hipotiroidismo: ¿Existen síntomas de alerta?
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La tiroides es una glándula que produce una serie de hormonas tiroideas, necesarias para el desarrollo y el funcionamiento de multitud de órganos de nuestro cuerpo. Si la glándula se extirpa, desaparece o empieza a trabajar de forma irregular, estas hormonas desaparecen o se reducen y se produce un hipotiroidismo que a su vez provoca que las funciones corporales poco a poco se vayan enlenteciendo hasta provocar fallos graves e, incluso, la muerte.
“Regulan todo el metabolismo, se necesitan para prácticamente todas las funciones corporales: para regular la temperatura, para la maduración de los órganos, para el funcionamiento correcto del corazón y del cerebro… son fundamentales”, aclara Elena Navarro, coordinadora del área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Aunque un hipotiroidismo grave es difícil de encontrar, al menos en países como España, puesto que su diagnóstico es bastante sencillo, al igual que su tratamiento: una pastilla al día. Para detectarlo es suficiente un análisis de sangre rutinario, con el que se puede medir la cantidad de hormonas tiroideas que hay en nuestro cuerpo.
“La TSH es una variable que se controla con bastante asiduidad: si hay una alteración en la menstruación, si vemos que el colesterol está alto, si hay alteraciones en el peso… Y eso nos permite diagnosticar a un porcentaje muy alto de personas de forma precoz, a la altura de lo que llamamos un hipotiroidismo subclínico”, explica Esteban Jódar, jefe de Departamento de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Mayor control durante el embarazo
Esta disfunción, que afecta a más del 9% de la población, es más frecuente en el sexo femenino, sobre todo entre los 40 y los 60 años. De hecho, está estipulado que se realicen controles periódicos en mujeres a partir de los 50 años. También es más férreo el control en embarazadas, sobre todo en el primer trimestre de la gestación.
“Es importante evitar el hipotiroidismo en este periodo, ya que el feto no tiene tiroides y necesita de las hormonas tiroideas de su madre para desarrollar su sistema nervioso”, comenta la portavoz de la SEEN. De la misma forma, es imprescindible controlarlo en el recién nacido, ya que hay niños que nacen sin tiroides o en los que la glándula no se ha desarrollado todavía.
“Se detecta con la prueba del talón, que se hace de forma protocolaria en los primeros días de vida para determinar si existen diversas enfermedades metabólicas y también hipotiroidismo. En caso de detectarse, se emplea un tratamiento oral que soluciona el problema de forma sencilla y que es determinante para el desarrollo posterior del niño”, indica Navarro.
Síntomas inespecíficos
Otro de los motivos por los que es importante realizar un control periódico de los niveles de tiroides es que el hipotiroidismo presenta unos síntomas poco o nada característicos. Además, aparecen cuando la patología se encuentra ya avanzada, en conjunto o por separado y con distinta intensidad.
Según los especialistas consultados, puede producir cansancio, más tendencia al frío, piel seca, a veces con tonalidades amarillentas, uñas débiles y quebradizas, caída del cabello, voz ronca, somnolencia, apatía, lentitud mental y de la frecuencia cardiaca, elevación de los niveles de colesterol y de las enzimas hepáticas, estreñimiento, alteración de menstruaciones… En general,síntomas que pueden darse con otras enfermedades.
“Y hay que desterrar la idea de que produce un aumento de peso. Cuando no está tratado y lleva unos meses de evolución sí que provoca una retención de líquidos y se pueden ganar de tres a cinco kilos, no más. La gente que está en tratamiento no tiene por qué aumentar de peso”, advierte la endocrinóloga.
Algo que corrobora Esteban Jódar, que puntualiza que el buen funcionamiento de las hormonas tiroideas es esencial para tener un adecuado metabolismo basal. “Una persona hipotiroidea puede tener dificultad para perder peso si hace una dieta, porque al final del día acumula varios litros de líquido, pero no tiene por qué derivar a una obesidad”.
Adherencia al tratamiento
La terapia para tratar el hipotiroidismo es sencilla de llevar, pero no debe descuidarse. “Es un tratamiento oral, crónico, que se toma una vez al día media hora antes del desayuno”, explica el también catedrático de Endocrinología en la Universidad Europea. Se trata de una prehormonaque puede ajustarse en función de las necesidades del paciente y que ayuda a mantener los mecanismos fisiológicos en los niveles adecuados.
“Tiene también un control muy sencillo, una revisión al año en condiciones normales, porque es un medicamento muy estable y no suele tener interacciones con otras patologías”, afirma Navarro. Ésta además asegura que no necesita de unos cuidados domésticos especialmente rigurosos: tomarse la pastilla diariamente y seguir una dieta alta en yodo.
Con información de CuidatePlus