Hija de Vargas Llosa niega relación de su madre con ex primer ministro de Perú
ABC
Un año y medio, 18 meses y 570 días es el tiempo que Mario Vargas Llosa lleva sin hablarse con tres cuartas partes de su familia. Desde que se conociera la ruptura del Nobel con Patricia Llosa y su relación con Isabel Preysler, en la familia Vargas Llosa se generaron dos bandos. Morgana y Gonzalo Vargas Llosa cerraron filas en torno a su madre, que no solo tuvo que hacer frente a la ruptura del núcleo familiar que había creado durante 50 años, sino al acoso mediático de la prensa del corazón en España. Al otro extremo se situó Álvaro Vargas Llosa. El primogénito de la familia, que intentó mantener la misma distancia hacia su madre y hacia su padre, defendió públicamente la relación de su progenitor con la viuda de Miguel Boyer.
De la noche a la mañana Patricia pasó a ser carne de cañón de paparazzi, algo que la llevó a instalarse permanentemente en Lima, donde podía cuidar de su madre -a la que dijo adiós el pasado mes de abril- y, además, recuperar su intimidad y anonimato.
Una persona distinta
Durante todo este tiempo se la ha podido ver junto a sus dos hijos menores y sus cuatro nietos, con quienes acaba de pasar las vacaciones de Navidad en República Dominicana. Con ellos recorrió los glaciares y lagos de Alaska el pasado verano. Allí se pudo ver a una Patricia que irradiaba «energía y vitalidad», como aseguró un amigo cercano a la familia. Y añadía: «Es otra persona desde el verano pasado. Parece haber superado completamente la situación de su divorcio».
Ahora que todo parecía tranquilo y estable, la vida de Patricia continúa interesando a la prensa del corazón en España. Mientras a Mario se le puede ver recorriendo el mundo con Preysler del brazo, a su prima Patricia se la ha relacionado con Pedro Cateriano, ex primer ministro de Perú e íntimo amigo de la expareja. La noticia llegaba a varios medios el pasado 29 de diciembre, cuando se informó sobre la «estrecha amistad» que existe entre ella y el que fuera compañero del Nobel en la carrera política hacia la presidencia de Perú en 1990 con el Movimiento Libertad.
Patricia ha preferido mantenerse al margen al conocer estas informaciones. Sin embargo, ha sido su hija Morgana la que ha salido en su defensa a través de un mensaje en su cuenta de Facebook donde ha desmentido esta supuesta relación. La única hija del clan Vargas Llosa titulaba este «comunicado» como «la viralización de la mentira» y citaba a esa «civilización del espectáculo» que tanto criticó su padre en un ensayo y de la que ahora participa, arrastrando a los que todavía le quieren. En el texto, Morgana afirma que desde «hace un año y medio» se promete a sí misma «no caer en el juego». «Nos repetimos constantemente que si lo ignoramos desaparecerá, como por arte de magia. Pero el monstruo de la prensa rosa española pisa fuerte y sigue y sigue y sigue», cuenta. Y añade: «Las últimas mentiras divulgadas como verdades sobre mi mamá, por esa gente que no debe tener nada interesante que contar de su propia vida y por eso se dedica a inventar la vida de los otros, son tan absurdas que al principio nos produjeron carcajadas». Pero, cuando «la mentira se viraliza, se expande como una enfermedad y ya no es posible siquiera rescatar la verdad», lamenta Morgana, para después preguntarse «hasta dónde serán capaces de llegar. ¿Cómo acabará esta historia delirante en la que nos hemos visto envueltos?».
Salpicados
Además, Morgana ha querido aprovechar este mensaje para pedir disculpas a los que han apoyado a su madre durante todo este tiempo y han podido verse salpicados por este tipo de informaciones: «Lo siento mucho por nuestros queridos amigos, que siempre han estado a nuestro lado y que se ven envueltos en esta mugre de la civilización del espectáculo».
Después de tanto sufrimiento, la hija del premio Nobel también tiene grandes deseos para este año que acaba de empezar. «Mis mayores deseos para el 2017 son salud para mi familia y respeto por la vida privada de todas las personas», cuenta.
