Hermano del heredero nipón cuestiona que Estado costee ritos de entronización - 800Noticias
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EFE

El príncipe nipón Akishino cuestionó el uso de fondos públicos para financiar ritos religiosos relacionados con la entronización de su hermano Naruhito previstos para el próximo año, una vez se formalice la abdicación del emperador Akihito.

«El uso de dinero estatal para un evento que tendrá un fuerte tono religioso genera muchas cuestiones», dijo Akishino en declaraciones a los medios con motivo de la celebración de su 53 aniversario, difundidas por la Agencia de la Casa Imperial.

El hermano del próximo emperador y número dos en la línea sucesoria al Trono de Crisantemo se sumó así a las voces críticas que se han pronunciado en contra de que el Estado costee los ritos sintoístas en torno a la entronización, debido al principio constitucional de separación de Estado y prácticas religiosas.

El hijo menor del emperador afirmó que ha planteado esta cuestión en numerosas ocasiones a la Agencia de la Casa Imperial, aunque este organismo encargado de gestionar todos los asuntos relacionados con la monarquía nipona «no tuvo ninguna intención de escuchar su opinión».

Está previsto que Akihito abandone el trono el próximo 30 de abril y que Naruhito le suceda al día siguiente, aunque la ceremonia oficial de su entronización no se celebrará hasta el 22 de octubre, en un acto en el Palacio Imperial de Tokio con la presencia de miles de invitados y delegaciones de todo el mundo.

Además, en noviembre se celebrará otro ritual de carácter privado conocido como Daijosai, una milenaria ceremonia sintoísta el que el nuevo emperador realizará sus primeras ofrendas de arroz cosechado ese año.

El Gobierno confirmó hoy que financiará todas estas ceremonias con fondos públicos destinados a las actividades de la Familia Imperial, al igual que se hizo en 1990 con los rituales relacionados con la entronización de Akihito, según dijo el jefe de Gabinete del Ejecutivo, Yasutoshi Nishimura.

La abdicación de Akihito, de 84 años, será la primera de un monarca en dos siglos en Japón, y para que tenga lugar ha sido necesaria una complicada reforma normativa, puesto que la constitución nipona no contempla la sucesión en vida de un ocupante del Trono de Crisantemo.

Todas las ceremonias en torno a la entronización de Naruhito incluirán simbología y liturgia propias del sintoísmo, la religión indígena de Japón que explica los orígenes de su Familia Imperial y que habitualmente se considera como parte de la cultura y la tradición nacionales más que una práctica religiosa.

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