Se trataba de un «artefacto incompleto», explicó el portavoz del Ejército Yamandú Lessa.
El dispositivo estaba montado en una lata de sardinas ovalada y presentaba «una fuente de poder» en forma de batería y «cable, pero no contenía material explosivo», por lo que no revestía peligro, explicó el militar.
El artefacto fue desactivado utilizando un cañón de agua de alta presión, sin necesidad de hacerlo explotar, añadió.
Se trata del tercer episodio de similares características que ocurre desde fines del año pasado en las inmediaciones de la embajada de Israel, recordó Lessa.
El último de ellos ocurrió el 8 de enero luego de que la legación diplomática trasladara sus oficinas a su ubicación actual, en una zona próxima a la costa montevideana y de gran movimiento comercial.