Guterres está «muy preocupado» por Nicaragua y respalda mediación de obispos
EFE
El secretario general de la ONU, António Guterres, está «muy preocupado» por la violencia en Nicaragua y respalda la mediación de los obispos en busca de una salida pacífica a la crisis en el país, dijo su portavoz.
«Es una situación que (Guterres) ha estado siguiendo muy de cerca y apoya el trabajo hecho por los obispos católicos para un diálogo político», dijo el portavoz, Stéphane Dujarric, en su conferencia de prensa diaria.
En un comunicado posterior, Dujarric añadió que Naciones Unidas «deplora la pérdida de vidas en las protestas y el ataque contra mediadores de la Iglesia Católica en el diálogo nacional».
«El secretario general reconoce el importante papel de mediación de la Conferencia Episcopal Nicaragüense e insta a todas las partes a respetar el papel de los mediadores, abstenerse del uso de la violencia y comprometerse plenamente a participar en el diálogo nacional para desescalar la violencia y encontrar una solución pacífica a la crisis actual», apuntó el portavoz.
Hoy, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenaron la violencia reciente, que solo el pasado fin de semana causó unos 20 muertos, y pidieron el desarme «urgente» de los grupos «progubernamentales».
Mientras tanto, la Conferencia Episcopal de Nicaragua acordó continuar mediando en el proceso de diálogo nacional pese a las agresiones físicas y verbales que sufrieron este lunes.
Ese día, un grupo de agentes parapoliciales irrumpió violentamente en una basílica de la ciudad de Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua, donde agredieron a los obispos, entre ellos el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez.
La CIDH confirmó hoy que 264 personas han muerto en Nicaragua desde que en abril arrancaron las protestas contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega y que más de 1.800 más han resultado heridas.
Según datos de organizaciones humanitarias locales, al menos 351 personas han fallecido en Nicaragua durante la crisis.