Guaido dice que “Venezuela es hoy un país en guerra”
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El presidente interino y presidente de la Asamblea Nacional concede una entrevista en el periódico La Razón donde se muestra convencido de que el reconocimiento de su Gobierno se mantendrá hasta que haya elecciones libres y democráticas. A continuación ofrecemos un adelanto.
-¿Es cierto lo que afirmó Borrell de que fue el G4 el que solicitó que su oficina buscara negociar con Maduro posponer elecciones?
-Nuestra exigencia está muy clara: elecciones presidenciales y parlamentarias libres, con las condiciones que hemos descrito y que saben Borrell, la Unión Europea, la OEA, el Grupo de Lima, Estados Unidos, y los países aliados. Las condiciones son árbitro independiente, derecho a elegir y ser elegido, los partidos en manos de sus dirigentes, observación internacional y cronograma de elecciones. Eso fue lo que hablamos con el Alto Comisionado de la UE y hemos hablado con todos para lograr esas condiciones. Eso es distinto a un proceso de mediación, que lo tuvimos con Noruega. Borrell dijo que no había negociación o mediación con el régimen de Maduro. Creo que es un tema de semántica, o de contextualización, pero eso fue lo que hemos hablado con las distintas instancias, incluida la Unión Europea, a lo que agrego que de esa visita de los enviados europeos nos enteramos 24 horas antes.
-Borrell sí hablo de diálogo y lo dio por cerrado, aunque admitió que volvería a intentarlo. ¿Hay que mantener el canal de negociación abierto con el régimen?
-El régimen ha demostrado aversión, soberbia, incluso odio hacia mecanismos de resolución de conflictos. La dictadura cerró la puerta en Noruega al levantarse corriendo de ese proceso, y no es distinto a lo que hizo ahora: le cerró la puerta en la cara a la posibilidad de un proceso justo, creíble y verificable, que brindara garantías no solo a la oposición sino a todos los sectores. Ahora la dictadura persigue también al Partido Comunista y a las diferentes formaciones que se desprenden de la coalición del régimen.
-¿Temen que a partir de enero con el final del período del actual Parlamento, el reconocimiento internacional a la Asamblea Nacional y a su Gobierno interino se pierda?
-El Grupo de Lima, la Unión Europea, Estados Unidos, Israel, Marruecos, Corea del Sur o Japón, etc, ya se han pronunciado a favor de mantener el reconocimiento al gobierno encargado y el Parlamento hasta renovar los poderes de manera legítima mediante una elección presidencial y parlamentaria.
-¿Quién será el presidente de la Asamblea Nacional que reconozca Maduro el año que viene?
-La farsa que pretende la dictadura es más parecido a unas primarias del partido oficialista PSUV, veremos allí una pugna interna del poder, que parece más de mafias que democrática.
-¿El 5 de enero habrá sesión para renovar la directiva del parlamento o para renovarlo a usted en la presidencia de esa Asamblea Nacional extendida? ¿Cómo harán con los diputados que han manifestado no acompañar esa continuidad del mandato de la Asamblea?
-Eso es un debate en curso. En los próximos días fijaremos posición formalmente de cómo va a ser el mecanismo de defensa institucional. No se trata de defender un espacio sino a la República, y a los ciudadanos que nos dieron un mandato de cambio político, de transición, de proteger los activos en el exterior y tener una interlocución válida con organismos multilaterales y los países en la región. No va a haber vacío de poder, ni vamos a dejar desvalida ni desprotegida a la República.
-¿Venezuela está a punto de entrar en una completa desinstitucionalización, como alertó Borrell?
-Venezuela hoy es un país en guerra. A lo mejor no se ven las bombas, pero se destruyó el Estado de derecho, dejaron que entraran grupos irregulares para saquear nuestro oro, hay 75% de contracción del PIB, 5,1 millones de refugiados, 7,1 millones de personas en emergencia humanitaria compleja, no hay acceso a bienes ni servicios. No estoy narrando Siria, sino a Venezuela. Somos un país que sufre las consecuencias de una guerra de la dictadura contra los ciudadanos. La defensa institucional de lo que queda de República recae en el Parlamento y así seguirá siendo, con reconocimiento del mundo.