Grigore aborda en «Blue Moon» los efectos de un entorno violento - 800Noticias
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EFE

La actriz rumana Alina Grigore ha debutado en el largometraje con «Blue Moon», una película muy pegada que sigue la evolución psicológica de una joven que sueña con escapar de un entorno violento y machista.

Grigore compite con este filme por la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián. En la presentación de este lunes la acompañaron, entre otros, los actores Ioana Chitu, Mircea Postelnicu y Vlad Ivanov, este último miembro del jurado oficial en la edición de este certamen en 2014.

Irina (Chitu) es la protagonista de la película, una chica de 22 años, la más pequeña de una familia disfuncional en la que, en ausencia del padre y con una madre enferma, tíos y primos ejercen una tutela de la que se sirven para oponerse al mayor deseo de la joven: ir a estudiar a Bucarest.

La agresividad y el caos convergen en las relaciones de la familia, para la que Grigore, autora también del guion, se ha inspirado en la realidad del pueblo donde creció, donde habló con varias jóvenes. Lo que le contó una de ellas le atrajo y, aunque no era suficiente para montar la historia, sí lo utilizó como «línea emocional».

La actriz y realizadora, nacida en 1984, comentó que de las chicas que abandonaron su comunidad en su época ella fue la única que lo hizo para cursar estudios superiores. «La situación sigue igual, las chicas se ven forzadas a salir fuera y hay una manipulación por la que se ven obligadas a casarse, salir al extranjero para trabajar y tener hijos», lamenta.

Grigore desarrolló minuciosamente el guion con los actores hasta que cada uno llegó a entender el «propósito» de su personaje, una forma «concienzuda» de trabajar que han corroborado hoy los tres intérpretes.

Ensayaron mucho y tanto a Ioana Chitu y Mircea Postelnicu les ayudó preparar a los protagonistas en un entorno rural igual al de la película. «Allí entendí el ritmo de las personas, vivir allí te aporta una cierta manera de moverte y hacer las cosas», manifestó el actor.

En la Grigore realizadora han tenido «una influencia enorme» dos directores con los que ha trabajado como intérprete, uno es Cristi Puiu y el otro Adrian Sitaru, quien ya le había dicho alguna vez que debía intentar dirigir y quien le empujó a que llevara adelante su «obsesión» por seguir «el viaje psicológico del personaje principal».

Y también han sido determinantes en su formación cinematográfica movimientos como el de la Nouvelle Vague y directores como el alemán Werner Herzog, cuya manera de trabajar le ha «obsesionado».

«Y me gusta lo que está sucediendo en este momento, con cineastas que están combinando con valentía historias muy realistas con una expresión estética muy diferente», destacó la actriz, guionista y directora, que puso como ejemplo el filme «The Lobster» («Langosta»), del griego Yorgos Lanthimos.

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