Gremios denuncian que 75 % de las escuelas funcionan con horario mosaico
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La maestra Julia* trabaja como cuidadora personal de un niño con discapacidad cognitiva durante los lunes, miércoles y viernes en un acomodado vecindario del este de Caracas, la capital venezolana. Los martes y jueves acude a una pequeña escuela del sur de Petare, donde atiende a 30 pequeños de primer grado. Estudiantes que reciben clases solo dos días a la semana. Ocho al mes.
El caso de Julia y sus alumnos se repite en un centenar de escuelas en la ciudad y a nivel nacional: educadores lo han llamado «horario mosaico» y es una modalidad en la que los docentes trabajan en los centros educativos solo dos y hasta tres días, mientras que el resto del tiempo se dedican a otras actividades para obtener ingresos que les permitan subsistir. Actualmente, un profesional de la educación no gana más de 30 dólares mensuales por su labor.
«Yo entiendo que los niños tienen que educarse, pero mis hijos tienen que comer. Yo no puedo llegar a mi casa y darles agua a mis hijos para cenar. Yo acordé con los representantes que solo puedo dar clases martes y jueves. A los que no les guste, se pueden llevar al niño o buscar otra alternativa. ¿Qué puedo hacer yo? La maestra también pasa necesidad y tiene que trabajar y ganar dinero», explicó Julia a Efecto Cocuyo.
Gricelda Sánchez, docente y presidenta de Formación de Dirigentes Sindicales (Fordisi), aseguró que al menos el 75% de las escuelas públicas de Caracas funcionan bajo el también llamado horario de emergencia.
«Ese es un horario de contingencia porque los docentes no tenemos salarios. A ese horario se han sumado personal obrero y personal administrativo. En Caracas, Miranda y Vargas están trabajando así. Pero en Barlovento, Río Chico e Higuerote no hay clases ningún día», expresó Sánchez.
Gremios han denunciado que los mismos centros educativos permiten y promueven el horario, una medida que rechazan debido a que deteriora más el golpeado sistema educativo venezolano, que actualmente pasa por una crisis severa.
¿Cómo es el horario mosaico?
Inicialmente el horario mosaico resulta de un acuerdo entre los docentes, la directiva y los representantes. En este caso, los maestros establecen los días en los que van a trabajar y envían tareas a los niños para el resto de las jornadas. No obstante, algunos padres aseguran que no fueron consultados sobre esta modalidad: fueron informados.
«Mi niño está en preescolar; estudia en un Simoncito en Charallave. Lo llevo los lunes y los jueves de 12:00 p. m. a 3:00 p. m. La maestra nos dijo que iba a ser así de ahora en adelante, no nos preguntó si estábamos de acuerdo», comentó un representante, que pidió resguardar su nombre.
En la escuela Rafael Napoleón Baute, ubicada en la avenida principal de José Félix Ribas, en el municipio Sucre, alumnos de quinto grado solo asisten lunes, martes y jueves. El problema no es solo la ausencia de maestros, sino las graves fallas de los servicios públicos.
«No hay maestras por el sueldo, no hay agua, nada», expresó una representante, que prefirió mantener su identidad a resguardo. «Mis hijos solo estudian dos días y se quedan conmigo cuando no tienen clases».
En la Unidad Educativa Luis Beltrán Prieto Figueroa, ubicada en Los Ruices, también en el municipio Sucre, estudiantes de segundo año de bachillerato van a las aulas martes y jueves. Los de cuarto año solo asisten los miércoles. Los de primer año, martes y miércoles.
«Tenemos 103 escuelas distritales y el 75 % está trabajando con el horario mosaico. Hay unas que se empezaron a incorporar, creo que para final de semana vamos a estar por encima de las 90 escuelas», afirmó el profesor José Páez, presidente del Sindicato de Escuelas Distritales (Sitra Enseñanza). «Los maestros trabajan tres días en las aulas y el resto hacen tortas, prestan servicio de taxi, cualquier cosa para poder vivir».
Una representante de la escuela Antonio Ortega Ordóñez, ubicada en Palo Verde, comentó que su hija menor asiste a clases de primer grado los lunes y miércoles. En redes sociales, usuarios han publicado sus propios casos. En cada uno de ellos, los jóvenes no van a clases más de tres días a la semana.
«En San Martín (municipio Libertador) la mayoría de las escuelas están trabajando lunes, miércoles y viernes», indicó Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital (Sinvema). «De los 580 escuelas nacionales que hay en la ciudad, el 45 % están así».
¿Qué dicen los padres?
La deserción docente en Venezuela supera el 70 % de acuerdo con datos de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), por lo que cada vez más escuelas se quedan sin personal. Frente a esta situación, los directivos temen más renuncias por lo que permiten modalidades como la del horario mosaico, informan los gremios.
Por lo menos 166.338 docentes han abandonado su trabajo entre 2015 y 2021 en Venezuela, advirtió el pasado 24 de enero el padre Manuel Aristorena, director nacional de Fe y Alegría, en rueda de prensa.
Nancy Hernández, fundadora y directiva de Fenasopadres, denunció en febrero que se han registrado intentos de la administración de Nicolás Maduro de enviar agentes externos, militantes de las Unidades de Batalla Hugo Chávez (Ubch) y de otras organizaciones de carácter político partidista a los salones de clases a lo largo del territorio nacional, para enseñar a niños y adolescentes.
Padres han rechazado que personas ligadas a grupos maduristas enseñen a sus hijos en los centros educativos y en muchos casos se resignan a llevar a los jóvenes un par de días a la semana, con la condición de que sea un educador formado quien los atienda.
«No me gusta la situación, pero nunca voy a preferir que a mi chamo le den clases milicianos o gente de partidos políticos. Ok, tengo la opción de retirar al niño y meterlo en otra escuela: ¿dónde lo voy a meter? Si la mayoría de las escuelas públicas están trabajando dos días. Y no me puedo permitir pagarle una privada. No me alcanza la plata», expresó Luis Alberto Fernández, representante de un estudiante de cuarto grado.
Tres meses de protesta docente
Profesores venezolanos llevan más de dos meses protestando en Venezuela, debido a las pésimas condiciones de trabajo y del sector educativo. Según datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs), entre enero y febrero de 2023 se registró un total de 1.604 movilizaciones por derechos laborares a lo largo del país.
Durante las protestas, los manifestantes han tomado postura frente a la modalidad del horario de contingencia. Aseguran que lo rechazan y exigen que el Ejecutivo nacional atienda los reclamos de los educadores.
«Necesitamos que se termine de sincerar el salario del sector, para que puedan los trabajadores volver a sus escuelas. Tengo que recordar que venimos de casi tres años de una pandemia donde la asistencia fue efímera. Que ahora nos encontremos con esto es realmente un escenario terrible para la educación de nuestros niños, pero lamentablemente la educación no depende exclusivamente del maestro. Se tienen que generar políticas públicas», puntualizó Sánchez.
Con información de Efecto Cocuyo.
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