Gobierno colombiano advierte que no dará tregua a las disidencias de las FARC
EFE
La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, advirtió este sábado que su Gobierno no dará tregua ni espacio «para sus crímenes» a los disidentes de las FARC como Walter Patricio Arizala, alias «Guacho», que murió ayer en una operación militar.
«Nadie, ninguno, nunca más, puede sentirse por encima de la ley, de la justicia, de la fuerza pública, ni de la determinación de los colombianos de acabar el narcotráfico y el terrorismo», dijo Ramírez, según recoge un comunicado de su despacho.
«Guacho» lideraba un grupo disidente de las FARC en Tumaco, un extenso municipio fronterizo con Ecuador que tiene el mayor número de hectáreas de coca sembradas de Colombia.
Estaba considerado como el responsable del secuestro y asesinato de un equipo periodístico del diario El Comercio de Quito compuesto por el redactor Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra.
Además, estaba acusado de enviar toneladas de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos y era uno de los criminales más buscados en Colombia y Ecuador, cuyos Gobiernos ofrecían hasta 700 millones de pesos (unos 215.000 dólares) de recompensa por información sobre su ubicación.
En este sentido, Ramírez subrayó que todas las disidencias de las FARC deben saber que «el Estado colombiano continuará persiguiéndolos con todas sus capacidades militares y judiciales porque esta guerra contra el narcotráfico es definitiva y sin cuartel».
«Nuestra defensa de la legalidad, la vida, honra y bienes de los colombianos así como el fortalecimiento del estado de derecho, nos dará la legitimidad y fuerza necesaria para cumplir las expectativas de nuestro pueblo», subrayó.
La vicepresidenta agregó que no sólo recuperarán «el control territorial en Tumaco», sino también en la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela «para generar desarrollo rural y una economía lícita que brinde bienestar y calidad de vida a los campesinos».
Finalmente, reiteró sus condolencias a las familias de los periodistas ecuatorianos «asesinados cruelmente», así como «a las mujeres violentadas y a las distintas víctimas de los homicidios y atrocidades cometidas por alias ‘Guacho'».