Ginebra se prepara para la cumbre Biden – Putin
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Incluso en una ciudad como la suiza Ginebra, acostumbrada a los eventos diplomáticos, la cumbre entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia supone un evento de magnitud, rodeado de un despliegue de fuerza titánico para garantizar su seguridad.
Unos 4.000 policías, militares y otros agentes de seguridad se movilizaron para asegurar que no haya contratiempos que empañen la cumbre entre el estadounidense Joe Biden y el ruso Vladimir Putin en la Villa La Grange, con vista al lago de Ginebra.
Desde hace más de una semana, la villa y el adyacente parque, donde los mandatarios se verán durante unas horas por la mañana, están rodeados desde hace días por unas barreras metálicas rematadas por alambres.
Todo el barrio y sus alrededores fueron cerrados, y los barcos fondeados en el lago de Ginebra deben zarpar o corren el riesgo de encontrarse frente a frente con lanchas armadas.
Además, tropas suizas fueron apostadas ante las representaciones rusa y estadounidense, separadas por apenas unos cientos de metros, para apoyar a la policía diplomática de Ginebra, encargada de la protección exterior de numerosas embajadas.
No lejos del edificio de las Naciones Unidas, a apenas unas decenas de metros de la embajada rusa, el icónico hotel Intercontinental se va a convertir en una fortaleza para hospedar a Biden.
El presidente estadounidense arribó hoy a la ciudad y pasará allí la noche antes de la cumbre, mientras que su homólogo ruso no llegará hasta mañana, justo a tiempo para la reunión.
«El trabajo de la policía ginebrina es titánico, ya lo han visto», dijo hoy a periodistas Stéphane Theimer, vicedirector de la policía federal suiza, informó la agencia de noticias AFP.
«Pueden contar con el apoyo del Ejército, otras policías cantonales y cuerpos locales para poner en marcha este gigantesco dispositivo», señaló .
Alrededor del 95% de los policías ginebrinos estarán desplegados junto a 900 agentes de refuerzo llegados de otras partes de Suiza.
El Ejército del aire suizo está encargado de asegurar la vigilancia del cielo en caso de violación del espacio aéreo cerrado en un radio de 50 kilómetros. Incluso se desplegaron baterías antiaéreas.
Para evitar verse atrapada por los gigantescos convoyes presidenciales, la ciudad llamó a sus habitantes a trabajar ese día desde casa.
La villa donde se realizará la cumbre se construyó en el siglo XVIII y está ubicada en una colina. Desde la terraza puede verse el lago de Ginebra y el parque contiene árboles y un prado. Las autoridades ginebrinas no suelen usarla para citas políticas. La bella edificación ha sido escenario de momentos históricos y personajes distinguidos.
En 1864 recibió, en presencia de Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja, la gala de cierre de la primera Convención de Ginebra para proteger a los militares heridos en el campo de batalla, que marcó el nacimiento del derecho humanitario.
Más de un siglo después, en junio de 1969, el papa Pablo VI celebró una misa ante 70.000 personas en el parque, que para entonces era el único espacio de Ginebra capaz de recibir tal multitud.
El parque de La Grange, el más grande de la ciudad, es un entorno perfecto para la villa, protegida en parte por grandes árboles del lado sur y con una vista abierta al parque y el lago por el norte.
Desde hace una semana, el sitio es un hormiguero de actividad.
Al interior pudieron verse a los artesanos trabajando, mientras los grandes candelabros han sido limpiados y los muebles desplazadas para tenerlos listos para recibir a los dos jefes de Estado y sus delegaciones.
A la entrada, dos leones de piedra, guardianes simbólicos de la cumbre, fueron lavados a alta presión.
El sitio fue creado en 1660 por el comerciante Jacques Franconis, y fue comprado por el banquero Marc Lullin en 1706, cuya familia instaló un jardín de estilo francés.
Arruinado por la revolución francesa, Jean Lullin vendió el conjunto a François Favre, quien hizo su fortuna en el comercio con Oriente.
La familia Favre transformó la casa y el parque e hizo construir la gran biblioteca en 1821, que alberga la prestigiosa colección de Guillaume Favre, con alrededor de 15.000 obras según el sitio de la Biblioteca de Ginebra, que la administra.
Sus volúmenes más antiguos datan del siglo XV.
Es allí donde están desde la semana pasada dos sillas rojas, una a cada lado de un globo terráqueo, listas para recibir a los dos presidentes.
La ciudad organiza cada primavera visitas guiadas a la villa para permitir al público conocer las salas de recepción, las habitaciones y la biblioteca.
El hijo menor de Guillaume Favre donó la villa y el parque a la ciudad de Ginebra en 1917, y posteriormente legó la biblioteca a la ciudad. En 1918 el parque fue abierto al público.