Gantz asume la derrota y se reivindica como alternativa de futuro en Israel
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El principal rival del primer ministro Benjamín Netanyahu en los comicios israelíes, Beni Gantz, asumió hoy la derrota en las elecciones pero se reivindicó como una alternativa real para el futuro de Israel.
«Venimos de unos resultados increíbles», aseguró sobre su coalición centrista Azul y Blanco que, formada hace menos de dos meses, ha obtenido el mismo número de escaños (35) que el derechista Likud de Netanyahu, con más del 98% de los votos escrutados.
Gantz, a quien algunos sondeos a pie de urna dieron una ligera ventaja por lo que reclamó la victoria en la noche electoral del martes sobre el jefe de Gobierno israelí, dijo hoy respetar «la elección del pueblo» y la que tome el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, que a partir de la próxima semana realizará consultas para designar a un candidato que forme gobierno.
El segundo en la lista de Azul y Blanco, Yair Lapid, se mostró optimista al ver «una oportunidad de cambio», dijo, y aseguró que ahora, desde donde están, iniciarán la campaña desde el año que viene.
«Venimos a convertir el parlamento en un terreno mejor», declaró y advirtió que el ADN de la formación es el de un partido gobernante.
Gantz insistió en que Azul y Blanco presenta un «nuevo camino, una nueva lengua y una nueva unidad» entre la fragmentada sociedad israelí, y valoró que Netanyahu ha recabado el voto de los «extremistas».
A falta de los resultados finales, la formación de Netanyahu se ha antepuesto por la mínima a Azul y Blanco, pero es la que más apoyos potenciales tiene para formar un ejecutivo dentro del nuevo parlamento, en el que el bloque de partidos de derecha y religiosos suman 65 frente a los 55 de los grupos de centro, izquierda y árabes.