Futuro de Cristina Fernández, interrogante que se abre en Argentina - 800Noticias
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Redacción.- Cristina Fernández, una de las dirigentes políticas más influyente de la historia argentina, pasará a ser una ciudadana más a partir del 10 de diciembre, en que entregará el poder a su sucesor Mauricio Macri. La gran interrogante es si se mantendrá alejada de la política o tratará de seguir incidiendo en los destinos del país, reseñó AP.

Pocos creen que esta mujer que ha ejercido el poder de forma tan personalista, que provoca amores y rencores por igual, se retire de la escena política definitivamente para dedicarse a cuidar a sus dos pequeños nietos. Sus partidarios desean y sus adversarios temen que siga teniendo una ascendencia decisiva sobre el porvenir de Argentina.

La presidenta saliente, de 62 años, ha dado señales de que retirarse del poder no significa hacerlo de la trepidante política argentina. En un acto oficial el miércoles, Fernández gritó ante sus seguidores: “No me voy a ir, siempre voy a estar con ustedes”, para luego afirmar que, gracias a las conquistas sociales logradas por su gobierno, “la gente sabe cuáles son sus derechos”.

“Son ustedes los que tendrán que defenderlos si quieren arrebatárselos…ahí estaremos junto a ustedes defendiendo las conquistas logradas”, afirmó la mandataria saliente con un tono de voz enérgico que muchos comparan con el de Evita Perón, la carismática esposa del fundador del peronismo Juan Domingo Perón

Antes de la segunda vuelta electoral del pasado domingo Fernández reconoció ante sus militantes que el 10 de diciembre deja de ser presidenta, pero aclaró: “voy a estar junto al pueblo cuando sea necesario, siempre”.

Se desconoce si Fernández, que según la Constitución no podía aspirar a un tercer mandato presidencial consecutivo y renunció a postularse a otro cargo en las elecciones, buscará erigirse como líder de la oposición de inmediato o esperará a que el gobierno de Macri se desgaste para pelear por una banca en el congreso en las legislativas de 2017. Más arriesgado sería todavía especular con una postulación a la presidencia en 2019, aunque sus seguidores más devotos repiten por estos días: “abrázame hasta que vuelva Cristina”.

La mayoría de los analistas coinciden en que Fernández, líder del kirchnerismo, corriente peronista de centro-izquierda que creó junto a su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007) dejará el poder con una buena imagen, que oscila en el 40% pese a haber estado ocho años en el poder.

Daniel Kerner, responsable de América Latina en la consultora Euroasia Group, dijo que la mandataria goza de ese alto nivel de aprobación “sin haber aplicado un ajuste en la economía”, que sufrió un fuerte deterioro en los últimos años. Agregó que “ella rápidamente podría empezar a criticar al gobierno de Macri” si las correcciones que el presidente electo planea aplicar ponen en riesgo las conquistas sociales de su gobierno.

Macri se propone corregir el retraso cambiario del peso respecto del dólar, unificar los distintos tipos de cambio vigentes, desactivar las restricciones a la compra de divisas y aumentar las alicaídas reservas del Banco Central, estimadas en unos 26.000 millones de dólares.

Otros problemas son el déficit fiscal y la inflación, que economistas privados calculan en al menos 27% anual, así como el estancamiento del crecimiento.

Según Kerner, Macri también estará ocupado limpiando de funcionarios recién nombrados por la mandataria saliente lugares estratégicos de la administración pública. En los últimos días Fernández ha designado a más de 200 trabajadores en la planta permanente del Estado nacional y nombró a una decena de embajadores.

Fernández podría aprovecharse de la fortaleza en el nuevo Congreso del oficialista Frente para la Victoria, que controlará el Senado y detentará la primera minoría en la cámara de Diputados. Dentro de ese bloque hay más de 25 diputados que responden a la agrupación juvenil La Cámpora, que lidera Máximo Kirchner, hijo de la mandataria saliente y quien obtuvo un escaño.

Pero la dirigente peronista enfrenta algunos obstáculos. Raúl Aragón, director de la consultora Aragón & Asociados, dijo que una desventaja es que “el kirchnerismo se relaciona con la figura de Cristina en el poder”, lo que a partir del 10 de diciembre no ocurrirá, y, aunque tenga su peso en la cámara de Diputados, ya “no tendrá su caja del poder” que era la provincia de Buenos Aires, la más importante del país y cuyo gobierno quedó en manos de la macrista María Eugenia Vidal.

También está por verse si el peronismo seguirá respondiendo a su liderazgo o entrará en una fase de renovación con nuevas figuras, como Sergio Massa, un peronista disidente al kirchnerismo que obtuvo 21% de los votos en la primera vuelta electoral del 25 de octubre. También hay gobernadores que ganaron en sus distritos y aspiran a tomar la conducción de esa fuerza.

María Victoria Murillo, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, opinó que Fernández “intentará controlar al peronismo… Si esta gente le es leal, ella será una opositora poderosa de Macri. Pero esto es un gran ‘si’. Los peronistas no son leales a quienes pierden elecciones”.

El peronismo es un movimiento que acoge a diferentes corrientes que pujan por detentar el poder. No es de descartar por tanto un próximo escenario de competencia interna entre kirchneristas y otros peronistas para erigirse en los líderes de la oposición.

El futuro de Fernández también estará condicionado por el avance en la justicia de denuncias de corrupción en su contra. El caso más emblemático es el de la firma Hotesur, perteneciente a la mandataria y encargada de la administración de sus hoteles en la Patagonia.

La sede de Hotesur en Buenos Aires y las oficinas del hijo de la presidenta en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, fueron allanadas en el marco de la causa por presuntas irregularidades administrativas y lavado de dinero.

Fernández ha dicho que la investigación está motivada por sectores del Poder Judicial que buscaban desestabilizar a su gobierno.

Tampoco está claro si Macri tendrá entre sus prioridades la investigación de la administración saliente, aunque luego de su triunfo electoral afirmó que será “implacable con la corrupción”.

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