¿Funcionan realmente los mensajes subliminales?
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Los vemos en las pantallas del cine, en la televisión e incluso en las plataformas digitales. Los mensajes subliminales nos incitan a comprar un determinado producto o realizar una acción concreta, como beber un refresco de una marca conocida o votar a un partido político. Sin embargo, ¿funciona de verdad la publicidad subliminal? Según diversas investigaciones, los mensajes subliminales pueden influenciar a algunas personas, aunque esto depende de muchos condicionantes.
Por otro lado, los mensajes subliminales dejan en el subconsciente una idea que el consciente no puede detectar. El cerebro ignora la información porque se muestra durante muy poco tiempo y desaparece rápidamente, por ello no llega a percibirse el mensaje. Y, aunque no se sabe con exactitud cómo afectan los mensajes subliminales a los votantes y consumidores, los científicos han podido demostrar que funcionan.
Según un estudio publicado en Journal of Applied Social Psychology, un grupo investigadores insertó una docena de fotogramas de una lata de Coca Cola y otra docena de la palabra ‘sediento’ en un capítulo de Los Simpson. Los participantes afirmaron tener más sed (alrededor de un 27 por ciento más) después de visualizar el capítulo.
Sin embargo, tal como afirman los científicos, los mensajes subliminales podrían funcionar siempre y cuando conecten con un deseo existente. Por ello, si una persona no tiene una necesidad concreta es posible que el mensaje subliminal no sea efectivo. Asimismo, según un estudio publicado en la revista Neuroscience of Consciousness, la influencia de los mensajes subliminales no suele durar más de 25 minutos.
Explicado de otra manera, los anuncios subliminales que intentar levantar a alguien del sofá para salir a comprar probablemente no son efectivos. De hecho, tal y como asegura el profesor Zimmerman, los mensajes subliminales no pueden obligarte a comprar un producto que no deseas o votar a un partido político que no te representa, pues los mensajes subliminales no son tan poderosos como pensamos.