En ese sentido, el premr ministro se refirió al perfil de los autores de algunos de los últimos ataques en el país, como el del pasado viernes en Rambouillet, a las afueras de París, en el que fue asesinada una agente de policía; o a la decapitación de un profesor en una localidad vecina el pasado octubre. «Fueron obras de individuos aislados, cada vez más jóvenes, en su mayoría desconocidos por los servicios de inteligencia, que tuvieron una fuerte radicalización sin vínculos con redes terroristas», subrayó, citado por el diario Ouest France.

Entre los principales puntos del proyecto, destacan el refuerzo del arresto domiciliario -principalmente para los exdetenidos que salen de prisión- y se empleará la denominada técnica de algoritmos para detectar amenazas terroristas que emanan, en particular, de personas no detectadas por los servicios de inteligencia.

El Gobierno espera que estas medidas permitan mejorar la lucha contra el terrorismo en Francia, donde se han frustrado 36 atentados desde 2017, según afirmó el primer ministro. Si bien Castex afirmó que el proyecto estaba en preparación antes del ataque del viernes pasado, su aprobación responde también a las críticas y acusaciones de «laxismo» manifestadas por varios opositores en los últimos días.

El primer ministro se expresó, asimismo, sobre la polémica entre el supuesto vínculo entre terrorismo e inmigración ilegal, suscitada en el país tras conocerse que el atacante de Rambouillet había entrado clandestinamente al territorio.

Aunque reconoció que varios agresores eran inmigrantes ilegales llegados al país no hace mucho tiempo, llamó a no confundir la política antiterrorista y la política contra la inmigración ilegal y señaló que hay que luchar contra las ambas cosas.