+FOTOS y VIDEO| ESPECIAL| Municipio Libertador sigue lleno de huecos en sus principales avenidas
Jorge Hernández /Especial para 800noticias
Dos gobiernos locales y uno de carácter metropolitano hay en el municipio Libertador de Caracas, y hasta 2017 ninguno ha podido coordinar acciones, quizás debido a las diferencias políticas, para eliminar la gran cantidad de huecos que tienen sus 22 parroquias.
Basta con pasearse por Antímano, La Paz, San Bernardino, El Junquito, Bellas Artes, Candelaria, Las Palmas o por algún sector de Catia para constatarlo, pues sus calles debieron asfaltarse hasta finales de 2016 tras aprobarse más de Bs 41 millones en sesiones del Consejo Municipal, según consta en la Memoria y Cuenta de la institución pública.
En 2017 el Gobierno del presidente Nicolás Maduro creó el “Estado Mayor de Caracas”, catalogado por los vecinos de Antímano como el “Estado Mayor de la Ineficiencia”, con miras a crear un supra gobierno que “generara respuestas para todos por igual”.
Sin embargo, en la Comisión de Transporte y Vialidad del Cabildo Metropolitano son miles las denuncias de parroquias llenas de huecos, hundimientos y botes de aguas negras que afectan el pavimento, afirma su presidente José Gregorio Caribas.
En los primeros cuatro meses del año algunos residentes de Libertador reportaron a esta comisión al menos 1.200 huecos solo en el norte de Libertador, de mayor o menor envergadura, cifra que se asemeja a la registrada por el Frente de Defensa del Norte de Caracas hasta abril de 2017, precisa el coordinador Carlos Julio Rojas.
Caribas y líderes parroquiales de Libertador iniciaron una campaña de denuncias desde inicios de año para que las autoridades ejecuten los planes de asfaltado que necesita el municipio. La acción permitirá mejorar la movilidad y evitar accidentes entre conductores y motorizados.
“Las parroquias Santa Teresa, San Bernardino, La Vega, Antímano, Candelaria, San Juan, Sucre, El Valle, Coche, El Recreo, Caricuao, Macarao y San Agustín son las más afectadas. En estos sectores la cifra de huecos asciende a 3 mil”, registran en la Comisión de Transporte y Vialidad.
En las otras nueve parroquias el asfaltado también tiene múltiples fallas y otros 900 huecos sin repararse. “Hay otros por registrarse”, aseguran en la comisión.
Evelin Martínez, residente de la parroquia Antímano, relata que la avenida Intercomunal, frente a las instalaciones del Seguro Social, está intransitable. Así como la avenida Principal hacia el sector El Algodonal.
“Tenemos tres años denunciando que debe ejecutarse un plan de pavimentación en la mayoría de las calles de la parroquia Antímano, pues con las lluvias se convierten en lagunas mucho más peligrosas para conductores y peatones”, señala.
Al otro lado de la ciudad Oscar Molina, vocero del Consejo Comunal de la avenida México, vive, junto a al menos tres mil vecinos, las colas que se generan en los alrededores por los huecos en esta vía de alto acceso, y en sus calles cercanas.
“Una vía con tantos huecos permite, además, que la delincuencia se aproveche de la situación para asaltar a los transportistas y conductores particulares”, alerta.
A pocos metros en la vecina parroquia Candelaria los residentes caminan sobre fallas en el pavimento, botes de aguas negras y aceras aún más hundidas o levantadas por las raíces de los árboles. Pero al ser una parroquia con mayoría opositora la alcaldía evita atenderla, afirma Carlos Julio Rojas, coordinador de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria.
En Catia, sector con miles de fallas en los servicios públicos, la vialidad es aún más pésima. Y si se recorren calles hacia Los Magallanes, Propatria, Gramovén, Federico Quirós, Los Frailes y Altavista, entre otras, se raya la visión con tantos huecos y vehículos dañados porque sus piezas no aguantan el impacto diario sobre las fallas en cada calle, pues la mayoría necesita asfaltado, narra Fredery Cáceres, vocero comunal de la parroquia Sucre.
En la Alcaldía Metropolitana, aún sin competencias, al menos hacen esfuerzos por ayudar a alguna comunidad con planes de autoconstrucción para reparar vías de cemento en barriadas, y que deben contener este material por ser muy empinadas.
“Hay quienes se ocupan de un 10% del asfaltado en barriadas porque conocen o trabajan en constructoras reconocidas que donan el material sin que la Alcaldía de Libertador se dé cuenta”, afirmaron ingenieros de la Alcaldía Mayor.
Pero ese no debe ser el común denominador en una Alcaldía de Libertador donde el año pasado el presupuesto anual, igual que el del Gobierno del Distrito Capital, superó los Bs 1.500 millones. A ambas instituciones también les aprobaron créditos adicionales que ascendieron Bs 1.200 millones. Mientras que a la Alcaldía Metropolitana lo que le aprueban apenas alcanza para pagar la nómina y algún proyecto de pequeño alcance.
Son dos gobiernos locales (Libertador y Gobierno del Distrito Capital) que cuentan con corporaciones de servicios, maquinarias, recursos, trabajadores, ingenieros y demás expertos en vialidad para atender los problemas en sus 22 parroquias, donde residen alrededor de 1,4 millones de ciudadanos.
“No es solo hacer política sin respuestas”, señala Alonso Miquelena, experto en vialidad y profesor de políticas públicas de la Universidad Central de Venezuela.
Recomienda que los planes de asfaltado se hagan en épocas de sequía, pues así se pueden escarificar vías y repavimentarlas por completo sin que les caiga agua, el peor enemigo de este tipo de trabajos cuando se realizan, por lo general, en tiempos de lluvia. “En Libertador planifican en el peor tiempo del año”, concluye.
