+FOTOS | Réplica de la Nao Santa María llega a Puerto Rico en primer cruce del Atlántico
EFE
La réplica de la nao Santa María, como la embarcación con la que Cristóbal Colón llegó a las costas americanas hace 525 años, atracó este martes en San Juan (Puerto Rico), en el que ha sido su primer viaje cruzando el Atlántico desde que fuera botado en marzo de este año.
Su capitán, el español Carlos «Charlie» Herrera, expresó a Efe a su llegada al muelle 3 de la capital puertorriqueña, sentirse «muy afortunado» de pisar tierra, después de 22 días de viaje desde que partieron del puerto canario de San Sebastián de La Gomera el 26 de noviembre pasado.
«Me siento muy afortunado de haber navegado en un barco réplica que cruzó el Atlántico, con una tripulación muy buena, y que no hay pocos mejores sitios que llegar al Viejo San Juan», sostuvo Herrera, quien está de visita a la isla por cuarta ocasión.
La réplica de la nave es una embarcación conmemorativa del 525 aniversario del encuentro entre el Viejo Mundo de Colón y el Nuevo Mundo de las Américas.
En esa misma línea, Herrera reflexionó que es «una experiencia muy bonita» haber hecho la misma travesía que realizó Colón junto a otra decena de marinos.
«No solo el hecho de que estés cruzando, sino que te da el plantearte en cómo se sentían esos marinos y cómo vivían. Te pones en su papel y te das cuenta de lo duro que era», destacó.
«Ahora sabemos por donde vamos, porque contamos con todas las técnicas modernas para orientarnos en el mar, tenemos camarotes y comidas distintas. La experiencia es dura, pero muy bella a la vez», agregó.
El barco, construido en madera de iroko y pino, cuenta con una tripulación de 17 personas -13 hombres y 4 mujeres- tiene 29 metros de eslora y ocho metros de manga, cuatro palos, cinco velas y cinco cubiertas.
Sobre las agallas y las ganas de viajar en un barco por alta mar por al menos tres semanas, Herrera indicó que quien quiera unirse a la tripulación, «tiene que venir con la tolerancia al máximo».
«Somos 17 personas -de un máximo de 24- que son todos diferentes y entonces te obliga a convivir a abrir la mente. O abres la mente o no aguantas. El estar 20 días en el mar, supone que siempre hay trabajo. Las estrellas de la noche, las puertas del sol y los amaneceres hacen que el día sea más llevadero», ahondó Herrera.
La nave ha sido construido a escala real en los astilleros de Punta Umbría (Huelva, España) por la Fundación Nao Victoria, con el apoyo de la Diputación de Huelva y la Fundación Cajasol.
La Fundación Nao Victoria es una institución especializada en promover y difundir grandes eventos culturales a través de sus barcos históricos.
La Nao Victoria y El Galeón, dos de sus barcos más conocidos, ya han navegado a lo largo de puertos de todo el mundo, en el desarrollo de proyectos, formando parte de Exposiciones Internacionales y Universales.
El nao Santa María, que permanecerá hasta finales de enero en la capital puertorriqueña donde el público la podrá visitar, se ha convertido en embajadora de la provincia de Huelva y de su vocación colombina en un nuevo viaje transoceánico.
«Espero que las personas que la visiten salgan contentos, porque es una parte de la historia que tenemos en común todos los latinos y yo creo que será una experiencia bonita e interesante y que es una manera de conocer la historia de manera tangible, que no lo estás leyendo ni te lo están contando, sino viéndolo», indicó Herrera.
Por su parte, Fernando Viota, de la Fundación Nao Victoria -administradora del galeón-, destacó a Efe que otro propósito del viaje es «promover el encuentro entre esos dos mundos y acercar toda esa cultura marítima española, como el primer vehículo del intercambio entre ambos países».
«Es nuestra primera gran aventura en cruzar el Atlántico. Para nosotros es un orgullo traer esa parte de Huelva, de cultura española y poder ofrecérsela a los puertorriqueños. Sentimos a Puerto Rico como nuestra segunda casa. Es un viaje único, como volver a hace 500 años atrás», agregó.
Ángel Rosa, de 35 años, es otro navegante del nao Santa María, y resaltó a Efe la experiencia de cruzar el Océano Atlántico en un barco réplica de Colón.
«Me siento muy feliz y lleno de emoción por todo, porque después de 23 días, ya pisas tierra. Ya se respira el ambiente, felicidad, emoción y alegría», expresó el marino, quien trabaja en el barco como guardia de puente de mando.
Rosa contó que durante un día de navegación, logró avistar tres ballenas, las cuales se mantuvieron acompañando la nave por un buen rato, y que otro día se les cruzó un barco y charlaron, lo que le pareció emocionante, pues no habían visto otra cosa que no fuese mar.
Tras su estancia en Puerto Rico continuará su gira por diferentes puertos de la costa este de Estados Unidos.