+Fotos |Naturalidad sofisticada, la clave de las novias «millennials» - 800Noticias
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EFE

Si en décadas anteriores en la moda nupcial reinaba la opulencia, ahora se imponen los vestidos artesanos, la naturalidad sofisticada; la novia «millennials» desea un diseño cómodo que le permita bailar y disfrutar, pero que sea su vestido soñado.

Y eso es precisamente lo que este jueves se ha visto en la segunda jornada de Atelier Couture, pasarela nupcial madrileña en la que la que la artesanía y la costura de mimo son los pilares fundamentales, como se ha visto en la propuesta de Cristina Piña, quien maneja a la perfección tradición y vanguardia.

Para su último trabajo se ha inspirado en Madrid, y con gusto, talento y cierta fragilidad versiona el traje castizo, el de chulapa.

Cristina Piña propone diseños exquisitos con siluetas delicadas, de gran personalidad, rescatas de los años 30. «Presto mucho interés a la hechura y el patronaje», explicó a Efe esta diseñadora que se deleita bordando organzas.

Aprendió el oficio junto a su madre y se empeña en continuarlo, pero le resulta difícil, no hay relevo generacional: «Me cuesta encontrar a jóvenes interesadas en bordar o coser un dobladillo», dice Peña, que posee un don especial para conseguir que un patrón muy complicado parezca muy sencillo.

Es la primera vez que trabaja el muaré y lo hace mezclándolo con organza para rebajar su intensidad en una propuesta sofisticada con identidad atemporal muy marcada.

Una vez más, vuelve a elaborar sus propios estampados, «inspirados en las flores de los mantones de Manila», pero en tonos muy rebajados que le otorgan un aspecto «vintage».

La geometría y la mezcla de texturas son su fuerte. Ha cerrado el desfile con un sencillo vestido con seis tejidos, una pieza bellísima que recoge su esencia: gusto y buen hacer.

La geometría también es el sello de Santos Costura, diseñador que presentó una colección inspirada en París y en la que se recrea escondiendo encajes entre los tules.

«El tul es el tejido principal de esta nueva colección», explica Costura, quien desvela que en muchas de las faldas de los vestidos tienen casi setenta metros de tul.

Sobre la pasarela se vieron juveniles y frescas propuestas, como un vestido con abrigo de tul, chaquetas combinadas con pantalones pitillos, minivestidos y piezas arquitectónicas como un mono de grandes proporciones.

Para celebrar su quince aniversario, este diseñador también presentó una serie de piezas para invitadas, entre ellas un traje de chaqueta brocado o un vestido con estructura de Chanel, pero cosido con un tejido deshilachado y peinado.

Armiche Rodríguez, un veterano del buen hacer, director creativo de Nihil Obstat, revisó algunas de sus películas favoritas y se inspiró en actrices como Katharine Hepburn para confeccionar una serie de vestidos de sensualidad contemporánea realizados con una costura tradicional como una gabardina convertida en vestido o una cazadora vaquera en chaqueta.

Una vez más, arte y moda se dan la mano. En este caso la obra del pintor Ángel Haro se traslada a la costura de De la Cierva & Nicolás en forma de estampados con tinta china, una propuesta sobria y contenida que dialoga con vestidos nupciales de gasa bordadas con cristal y perlas.

Alicia Rueda, una de las más reclamadas por las actrices españolas para citas importantes, presentó una colección ecléctica inspirada en los años 40, sobre todo en los uniformes militares. «He jugado con lo masculino y lo femenino, soy muy dual, nunca puedo decantarme por los extremos», concluye.

Etérea y sutil es la novia de Damián Rodríguez, quien explica que esta colección está destinada a «millennials» que buscan «líneas fluidas y vaporosas» para momentos determinados, donde la feminidad y la delicadeza envuelven a una mujer fuerte, atrevida y con personalidad.

Aunque se dice que el blanco es el color de las novias, este diseñador canario propone otros tonos como el rosa empolvado, el gris perla, el amarillo vainilla y el malva.

Plumas y flores conviven con dulzura en los tocados y la sombrerería de By Loleiro, firma de Marisa Velázquez que comenzó a trabajar tocados por necesidad: «Quería cubrir la cabecita de mi niña».

Israel Rodríguez fue el encargado de abrir la jornada con una colección muy intensa, acorde con Ofelia, personaje del «Hamlet» de William Shakespeare, en el que el diseñador se ha inspirado para crear una novia poco convencional, que calza alpargatas y vive rodeada de flores, algunas, incluso, marchitas.

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