+FOTOS | Mira como lucen las mujeres adictas a las cirugías estéticas
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En el campo de la «belleza», el gusto es subjetivo. Se ve de todo y tanto mujeres como hombres hacen miles de cosas por lograr verse como quieren, unos lo alcanzan y otros no tanto.
Hay cirugías plásticas muy extrañas y personas con gustos drásticos. Así lucen algunas modelos con cirugías estéticas más extrañas.
Natasha Crown
Es una modelo sueca cuyo actual objetivo es tener el mayor trasero que le sea posible.
Si bien en la imagen se ve que la modelo tiene bastantes kilos de más, esto fue solo para lograr trasladar grasa de su cuerpo a su trasero, por lo que vivió durante un tiempo consumiendo comida chatarra y mucho chocolate.
Gran parte de la grasa que acumuló la transfirió a sus trasero, el cual ha aumentado de tamaño gracias a 3 cirugías. Sus labios también han pasado por diversos procedimientos para aumentar su grosor.
Andrea Ivanova
Esta mujer búlgara de 22 años, se operó 15 veces en un año con el fin de parecerse a la Barbie; el número total de cirugías, como ella misma confiesa, es tan grande que perdió la cuenta.
Si bien no se saben todos los procedimientos a los que se ha sometido esta mujer, está claro que tiene implantes de senos y glúteos. Sin embargo, estos no son los más llamativos de su apariencia y en lo primero que la gente suele fijarse es los enormes labios de Andrea.
Pixee Fox
Es una adicta a las cirugías que tiene como anhelo parecerse a un dibujo animado, Jessica Rabbit. Debido a ello, se ha operado en incontables ocasiones y se ha llegado a remover 6 costillas.
Aimi Veness
es una mujer que ha gastado más de 130 mil dólares en cirugías y procedimientos cosméticos para tratar de tener un cuerpo parecido al de sus personajes favoritos de cómics.
Veness afirma que su obsesión nació cuando jugaba con Barbie de niña y su idolatría hacia la Mujer Maravilla.
Su operación más reciente fue levantarse los glúteos, hace apenas seis semanas, pero aún quiere ir más lejos y dijo que no se detendría aunque corriera el riesgo de morir. Ella también tiene una lista de deseos, con una vagina de diseñador, estiramiento facial y otra mejora de fondo. Así luce Aimi en este momento.
Jocelyn Wildenstein
Su vida suena como el argumento de una película de serie Z. Una mujer que se transforma quirúrgicamente en un felino para tratar de recuperar a su marido, un fanático de los animales salvajes.
Primero fueron los párpados, la droga blanda de los adictos a las operaciones estéticas. Y tras los párpados llegó todo lo demás. Los que la rodean dicen que trataba de parecer un lince, una de las mascotas favoritas de su marido que en esos años prefería la compañía de los felinos a la de su esposa.
Tras más 30 operaciones valoradas en cuatro millones de euros la suiza sigue haciéndose retoques quirúrgicos y afirma haber conseguido lucir exactamente como siempre quiso.