+FOTOS| La Reina Letizia cumple 45 años viviendo su mejor momento
ABC
Este viernes, la Reina Letizia cumple 45 años, y la fecha coincide con un momento especialmente bueno para ella. Aunque Letizia tiene una fuerte personalidad y, cuando tiene una contrariedad, se le suele notar en público, hace meses que se la ve mucho más alegre, empática y relajada, y esos sentimientos los transmite a sus interlocutores. Está pendiente de todo. Conoce con antelación los problemas de las asociaciones que van a visitarla y los nombres de sus responsables, pero también supervisa con naturalidad el menú que se servirá en el almuerzo que el Rey ofrecerá a uno de sus invitados.
Todo parece indicar que Letizia empieza a encontrar respuesta ante el gran reto que se plantean todas las Consortes del mundo: qué es lo que la sociedad espera de ellas. Y es que no existe ningún manual sobre el papel que deban desempeñar ni un ejemplo válido para todas. Tampoco la Constitución atribuye ninguna función a la Reina, más allá de la regencia cuando el Rey es menor de edad. Sin embargo, todos los éxitos de una buena Consorte redundan en beneficio de la Corona, de la misma forma que sus errores la perjudican.
En el caso de Letizia se añadía una doble dificultad. Por un lado, ella es la primera Reina en la larga historia de España que antes de casarse no pertenecía a una Familia Real y, por tanto, hasta que cumplió 32 años, desconocía los valores y los principios de la Monarquía. Antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978, su boda por amor con Don Felipe le habría costado la Corona al Príncipe de Asturias, por tratarse de un matrimonio morganático. Sin embargo, no solo las leyes derogaron la antigua Pragmática de Carlos III; los españoles de principios del siglo XXI también supieron entender las razones del corazón de un Heredero enamorado y celebraron con alegría el enlace.
A pesar de que Letizia no se ajustaba al perfil esperado, la opinión pública recibió con los brazos abiertos a aquella joven periodista asturiana que entró como una brisa de aire fresco en el Palacio de La Zarzuela y ayudó a mostrar el lado más humano de un Príncipe que, hasta ese momento, había evitado hablar en público de sus sentimientos. Fue entonces cuando se supo que la futura Princesa estaba divorciada, como sus padres, periodista él y enfermera ella, y que su abuelo y su tío habían sido taxistas. Y todo ello, convertía a la novia del Príncipe en una mujer con los pies en el suelo que conocía el verdadero valor de las cosas.