+FOTOS | La experiencia en un grado en la pasarela de Madrid
EFE
En cualquier oficio, la experiencia es una grado, pero cuando se habla de moda esa madurez exige creatividad, diseño, buen patronaje, costura y pasión como este lunes demostraron en la pasarela madrileña Jorge Vázquez, Marcos Luengo.
Estos diseñadores, con más de veinte años de experiencia, llevaron a la quinta jornada de la Fashion Week Madrid la calidad con unas colecciones que estaban por encima de la media.
La mítica Bárbara Hutton en su residencia de verano, Sidi Hosni (en Tánger), fue el punto de partida de la colección de Jorge Vázquez, que presentó un invierno con mucho color, con potentes estampados y mucho brillo.
Como siempre, la mujer de Jorge Vázquez es muy femenina, con un aspecto refinado, pero en esta ocasión más fresco y jovial, con apuntes exóticos que el diseñador extrae de las culturas orientales.
Sobre la pasarela, perfumada con aromas a incienso y jazmín, se vieron siluetas de los años 70, lazadas negras, colores contrastados como el fucsia y el rojo, escotes pronunciados en forma de «uve» y estampados de tapicería que hacían un guiño al maestro, con mayúsculas, Yves Saint Laurent.
«Me encantan las siluetas amplias y las hombreras de los setenta», explicó a Efe Jorge Vázquez, que con esta colección hace un sesudo ejercicio para mantener su esencia en el exigente negocio de la moda.
Ha ampliado su producto: líneas de zapatos, deportivas y bolsos. Su objetivo es cubrir las necesidades de la mujer, «un trabajo necesario para vender más», dice Vázquez.
Sobre la pasarela se vieron americanas entalladas, blusas con mangas abullonadas, grandes capas, sastres de corte amplio, plumíferos, pantalones rectos, camisas con lazadas y vestidos, prendas que en ocasiones se muestran drapeadas o plisadas.
Resultaron muy vistosos los vestidos estampados con tigres de bengala o con los motivos de las alfombras persas. «Me encantan los estampados, los colores potentes», añade Vázquez que para la noche, ese momento en el que la mujer suele tirar la casa por la ventana, propuso grandes volúmenes, flecos, lazadas, lentejuelas y plumas.
El universo de Jorge Vázquez late con un ritmo más joven, con el ímpetu que exige el mercado y la inmediatez de las redes sociales.
Mientras que Marcos Luengo tomó de referencia la pintura de Joaquín Mir para confeccionar una colección atemporal con materiales ricos y lujosos como el terciopelo o la seda. «El lujo es poder atender a la clienta en el taller», aseguró este diseñador que cada día tiene más claro cómo quiere vender.
Siluetas femeninas, superposiciones y curiosos volúmenes, pero sobre todo más frescura en la líneas, prueba de ellos son los chalecos largos de neopreno con pelo o las alforjas sobrepuestas en la cintura que improvisan prácticos bolsos que para la noche se aderezan con plumas de marabú.
El terciopelo es el tejido estrella con el que propone abrigos relajados de gran personalidad, de los que muchas de sus clientas se quedan con la boca abierta.
Sin tanta experiencia pero con creatividad, la firma Malne, formada por Paloma Álvarez y Juanjo Mánez, presentó una colección inspirándose en la actriz Grace Jones, icono de la cultura pop.
«Hacemos de la moda un vehículo de diversión», explicó Álvarez, quien también afirmó que sus prendas se pueden utilizar además de para noches de fiesta, «también con el día a día, es cuestión de cambiar los complementos».
Las ya clásicas hombreras pagoda, presentes en sus colecciones, son en esta aún más grandes en chaquetas y abrigos, un elemento que contrarrestan con cinturas que se estrechan gracias a cinturones joya.
La capucha, una estética muy vinculada a la imagen de Grace Jones, la incorporan a una camisa-body de lentejuelas y dejan también para la noche un vestido de mikado de seda de doble faz.
Por la mañana, Miguel Marinero revisó su archivo y presentó una colección donde mantiene su sastrería, el patronaje y tejidos como el terciopelo, napa y piel de cordero con el confecciona una bomber blanca, ideada para una novia de invierno.
Beatriz Peñalver subió a la pasarela una capa naranja, de trece kilos, con borlones extralargos que también ha incorporado a vestidos de noche en organza de cristal, faldas y cinturones de abrigos que combina, por primera vez, con «tricot».
E Isabel Nuñez presentó una colección con superposiciones y piezas que ocultan la silueta con una paleta de colores que tiñen abrigos y vestidos en rosa, azul y gris.
En la jornada de hoy se anunció además el premio a la mejor modelo de la Fashion Week Madrid, que fue para Ana Arto, mientras que Jorge Vázquez se llevó el galardón al Beauty Look y Teresa Helbig, que de costura sabe un rato, el de mejor colección.