+FOTOS| Así se salvó de morir una pareja de California durante los terribles incendios…
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El infierno que se ha desatado en el norte de California a causa de enormes y devastadores incendios forestales se ha cobrado ya 31 muertos con decenas, quizá cientos, de personas desaparecidas y amplias áreas de viñedos, bosques y viviendas arrasadas hasta las cenizas.
En ese brutal escenario, el matrimonio de Jan y John Pascoe estuvo muy cerca de perder la vida cuando su vecindario fue engullido por el fuego y ello quedaron cercados por muros de llamas, imposibilitados de evacuar como, previamente, su hija les habían suplicado.
Lograron salvar la vida en medio del inmenso calor gracias a que permanecieron durante cerca de seis horas sumergidos en una piscina llena de agua fría.
Era la madrugada del pasado lunes 9 de octubre, en un vecindario de la muy afectada ciudad de Santa Rosa, en la región californiana de Sonoma, al norte de la Bahía de San Francisco.
Jan y John Pascoe, de 65 y 70 años respectivamente, se encontraban sitiados por el fuego y, como narra Robin Abcarian en el periódico Los Angeles Times, se encontraban en riesgo inminente de morir. Llamaron a la línea 911 y allí se les dijo que debían irse del lugar, llegar a un lugar seguro de inmediato.
Pero el fuego los tenía cercados mientras su vecindario ardía. Jan dijo a los operadores del 911 que estaban junto a una piscina en la casa de uno de sus vecinos, quizá con la esperanza de que alguien fuera a buscarlos, de acuerdo al LA Times.
Pero estaban solos y sin posibilidad de recibir ayuda.
Todo había sucedido muy rápidamente pues tan solo unas dos horas antes la pareja realizaba sus labores cotidianas de una noche de domingo, en una noche clara y con luna, sin que se hubiera reportado que su vecindario estuviera en peligro. Se sabía de la gravedad de los incendios en la región, pero ellos al parecer no pensaron, y al principio nadie les informó, que las llamas estuvieran en camino a devorar su casa.
Luego, una de sus hijas les llamó y les dijo que el fuego estaba cerca, que debían evacuar. La pareja de retirados optó por prepararse para ello, pero no salieron de su casa inmediatamente. Hacia la media noche su hija volvió a llamarlos, de acuerdo al citado periódico, y les urgió a escapar. Un rojo resplandor era ya visible desde su ventana y ambos subieron a una camioneta y avanzaron en ella un trecho. Pero el fuego impulsado velozmente por el viento había ya bloqueado el camino. Volvieron entonces a su casa y para entonces el incendio los tenía rodeados.
“Era una pared de llamas”, le dijo Jan a Abcarian, del LA Times.
Así, ante el avance del fuego, la pareja optó por lo que parecía ser su única opción de salvación: saltar a la piscina de la casa contigua para que el agua, que estaba fría y llena de escombros, los protegiera del terrible calor.
Ambos saltaron al agua.
Afuera, la casa de la que la piscina era parte y árboles cercanos ardían y el aire estaba cargado de humos y residuos incandescentes.
Adentro, Jan y John Pascoe se abrazaron para darse calor –pese al infierno exterior, el agua de la piscina era gélida– y se reconfortaron con palabras de amor en medio del desastre, según la crónica del LA Times.
Allí, en el agua, que afortunadamente no era profunda y les permitía mantenerse en pie para sumergirse por momentos y luego salir brevemente para tomar aire, el matrimonio permaneció mucho tiempo, a la espera de que todo a su alrededor fuera consumido por el fuego para que el incendio pasara de allí y ellos pudieran emerger del agua donde, paradójicamente, el frío les calaba hondamente.
Y aunque estaban a un paso de un paraje que estallaba en llamas, “nos estábamos congelando”, relató Jan al periódico LA Times.
Pasaron horas dentro de la piscina, cerca de seis, mientras todo a su alrededor era convertido en cenizas y carbones humeantes. Cuando comenzó a amanecer y el incendio allí había amainado, Jan y John finalmente salieron del agua y contemplaron la devastación. Su casa quedó arrasada y perdieron todas sus posesiones, incluidas las pinturas que John, artista y jubilado de la industria del vino, atesoraba en su casa. Solo les quedaban las pocas prendas de ropa, empapadas y rotas, con las que se arrojaron a la piscina y ambos estaban descalzos. A su alrededor todo era una suerte de desierto humeante.
Pero estaban vivos y en buen estado. Varias horas después lograron reunirse con sus hijas. El viejo gato de la pareja, que estaba con ellos cuando trataron sin éxito de huir del lugar en su camioneta pero luego huyó despavorido, sigue desaparecido.
Y los incendios en el Norte de California aún continúan.