+ FOTO | Hallan impactantes grabados de hace unos 14.500 años en cueva del País Vasco
Redacción 800 Noticias / con información de naiz.eus
Según las informaciones publicadas hoy por diversos medios españoles, los grabados tienen una visibilidad «excepcional» y son novedosos en cuanto a su técnica, al haber sido efectuados mediante «microdesconches» en la pared de la cueva.
También llama la atención lo que se refiere a los motivos representados, ya que en el panel principal se han distinguido dos leones, unas figuras «radicalmente nuevas» en el arte paleolítico hallado hasta ahora del Cantábrico.
El descubrimiento, adelantado este miércoles en líneas generales por la Diputación de Bizkaia, fue dado a conocer hoy en detalle en una rueda de prensa por el diputado general, Unai Rementeria, que calificado el conjunto de grabados de «auténtico santuario paleolítico» y «tesoro de la humanidad».
Los expertos atribuyen al conjunto una edad máxima de unos 14.500 años, aunque creen que podrían ser también de hace 12.500 o 12.000 años, de la misma época magdaleniense, en todo caso, que las pinturas de la célebre cueva de Santimamiñe y de las representaciones halladas recientemente en la cueva de Atxurra, también en el municipio vizcaíno de Lekeitio.
El conjunto destaca por la técnica empleada, los motivos grabados y su composición, con figuras de gran tamaño, alguna -un caballo- de hasta metro y medio.
Los grabados localizados hasta ahora son medio centenar, entre ellos una treintena de animales: 18 caballos, 5 caprinos, 2 bisontes, 2 leones y 4 cuadrúpedos indeterminados.
Junto a estas figuras han aparecido signos de semicírculos y líneas, denominados «claviformes» en la terminología arqueológica, que es la primera vez que se encuentran en Bizkaia y, al parecer, también en la Península.
Se trata de unos signos «idénticos» a los que existen en cuevas de la zona pirenaica francesa, lo que a juicio de los expertos refuerza la teoría extendida de que había comunicación entre los grupos de cazadores-recolectores de ambas zonas.
El conjunto, situado en la parte final de la cueva, a unos 50 metros de la boca de entrada, se reparte en un panel principal, que contiene unas 25 figuras, y otros dos paneles secundarios.
Los arqueólogos han determinado que la técnica utilizada para grabar en la pared de esta gruta es «bastante inusual», ya que se han hecho mediante un método de «arrastre» y «levante» de la superficie, creando unos «microdesconches» o «microroturas» que generan una línea «clara» y un efecto «casi pictórico».