+FOTO | Eta se va de Honduras y deja destrucción y damnificados
EFE
La depresión tropical Eta comenzaba esta noche a salir de Honduras dejando una estela de muerte, dolor, daños a la infraestructura y cultivos agrícolas, y a muchos de los miles de damnificados subidos en los techos de su casa, a la espera de un rescate.
Muchos de los damnificados que han quedado atrapados, residen en poblaciones de los alrededores de las ciudades de San Pedro Sula y La Lima, departamento de Cortés, en el norte del país, donde el esfuerzo de socorristas oficiales y particulares por rescatarlos este jueves, resultó infructuoso.
Funcionarios del Gobierno informaron en cadena nacional de radio y televisión que se mantiene una operación de rescate, que será difícil, y le pidieron a los damnificados que tengan un poco de «más paciencia» y confíen en que serán evacuados en lanchas y camiones altos que puedan acceder hasta donde están.
El acceso a las zonas más afectadas, donde han quedado vehículos y casas bajo el agua, fue cerrado en las primeras horas de hoy por las autoridades, debido al riesgo que representa para los socorristas, las lanchas y otros equipos de rescate.
En sectores como Ciudad Planeta y la Rivera Hernández, entre otros, muchas personas pudieron salir a pie o rescatadas en vehículos pesados y lanchas, pero «son muchos los que están atrapados», según testimonios de damnificados que ahora están en albergues habilitados.
La emergencia causada por Eta, como en otras tragedias similares que ha sufrido el país en los últimos 50 años, de nuevo evidenció la solidaridad de muchos hondureños con los afectados.
Algunos, incluso de ciudades distantes como Omoa y Cortés, en el Caribe, pusieron a su disposición lanchas que en condiciones normales utilizan para la pesca en el Caribe.
Otros han contribuido y sumado a los cuerpos de socorro con aportes de comidas calientes, agua, colchonetas, frazadas, mascarillas para evitar más contagios de los causados por la pandemia de la covid-19 y otro tipo de ayuda, para atender, con prioridad, a mujeres, niños y personas de la tercera edad.
También son muchos los damnificados de otras regiones del norte y occidente del país, que son cruzadas por los caudalosos ríos Ulúa y Chamelecón, entre otras fuentes.
El extenso valle de Sula, en el caribeño departamento de Cortés, que se extiende hasta una parte de su vecino Yoro, se convirtió en un inmenso espejo de agua que oculta una buena parte de la magnitud de los daños causados por la depresión Eta, que el martes, convertido en huracán categoría 4 en la escala Saffir Simpson, entró a Nicaragua, donde también dejó muerte y destrucción.
Las bandas de Eta cuando era huracán azotaron buena parte del Caribe, oriente y occidente de Honduras con fuertes lluvias, que se intensificaron a partir del martes, y el miércoles, cuando ingresó como tormenta tropical.
Damnificados y daños graves también hay en otros departamentos como Gracias a Dios, Olancho, El Paraíso, Colón, Atlántida, Copán, Lempira, Intibucá y Yoro, y en menor grado en el resto del país.
El ambiente en la región norte, occidental y caribeña es incierto para miles de damnificados, por más crecidas de los ríos pronosticados para esta noche.
De no ocurrir más crecidas de ríos y su caudal bajara, se espera que el rescate de los damnificados que no han podido salir de sus comunidades comience, según funcionarios del Gobierno implicados en las operaciones para atender la emergencia causada por Eta.