Fiscalía española vuelve a pedir el ingreso a prisión de Iñaki Urdangarin
El Mundo
La Fiscalía del Tribunal Supremo se opone al recurso presentado por Iñaki Urdangarin y exige de nuevo que sea condenado a 10 años de prisión. El Ministerio Público arguye en su nuevo escrito, al que ha tenido acceso EL MUNDO, que el ex duque de Palma utilizó su «superioridad por vínculos matrimoniales» para obtener un «beneficio económico ilegítimo» y reitera que debe ser elevada considerablemente la pena de seis años y tres meses que le impuso la Audiencia de Palma por los delitos de malversación, fraude, tráfico de influencias, prevaricación y dos delitos contra la Hacienda pública.
Arguye la Fiscalía del Supremo que el marido de la Infanta Cristina no es ni mucho menos un «amigable componedor sin conocimientos administrativos», como se presentó en su recurso ante el Alto Tribunal. Por el contrario destaca que Urdangarin se «dirigió» al entonces presidente balear Jaume Matas «buscando un interlocutor al máximo nivel, en el que él mismo se situaba de facto (lamentablemente con acierto) para asegurar el resultado de su gestión desde la superioridad de la que entendió disfrutar por vínculos matrimoniales».
En esta línea no duda en añadir que el yerno del Rey Emérito «ejerció presión sobre quienes podían decidir la contratación del Instituto Nóos» que presidía.Para lograr contratos públicos millonarios del Gobierno de las Islas, Urdangarin necesitó la «intervención de otras personas» que, guiadas por un «deseo espurio de complacencia», aceptaron «revestir de legalidad sus pretensiones» y entregarle una «carta en blanco».
De esta forma, la Fiscalía del Alto Tribunal considera que el ex duque de Palma cogió «el camino más corto» pero, sin duda, una vía «indirecta y espuria» que constituía un «acceso torticero». Esta operativa le permitió hacerse con la celebración de los denominados Illes Balears Fórum, unas conferencias de apenas 48 horas de duración por las que percibió más de un millón de euros por edición, así como una serie de contratos públicos complementarios.
Gracias a sus «auspicios», Urdangarin logró que estos pagos se articularan mediante una «contratación directa y segura, sin sometimiento a expediente alguno». Siendo en todo momento Urdangarin «consciente de la arbitrariedad» y «con pleno conocimiento de estar burlando la ley».
De hecho, no dudó en «aportar presupuestos ficticios de empresas que no desarrollaban la actividad contratada para crear una apariencia de concurso».Según la Fiscalía del Supremo, del marido de la Infanta Cristina «no sólo parte la iniciativa y la búsqueda de caminos indirectos y espurios para conseguir los contratos que propuso», sino que su «coautoría» en los delitos por los que ya ha sido condenado «va más allá de la mera inducción inicial, deviniendo una cooperación necesaria en la secuencia de los actos».
Tan es así, que tanto Urdangarin como Torres pusieron en marcha «el engranaje delictivo» con «aportaciones imprescindibles en la consumación de cada uno de los negocios jurídicos celebrados, partiendo de la aportación de presupuestos simulados, la aportación de facturas e incluso al incumplimiento mínimo de lo comprometido».