Figuras femeninas marcan la pauta de los mejores discos en 2019
EFE
En un año que vivió el retorno de estrellas largamente esperadas como The Who, Coldplay o Bruce Springsteen, fueron las figuras femeninas las que marcaron la pauta, sobre todo las más jóvenes, que se encargaron de refrescar estos 12 meses con nuevos sonidos y formas.
Esta es una selección de los diez discos que destacaron por su calidad, algunos de ellos también por su calado en la cultura popular y en los medios, pensada para satisfacer los diversos gustos musicales:
«When We Fall Asleep, Where Do We Go?», de Billie Eilish.
El gran fenómeno de 2019 ha sido esta adolescente estadounidense de solo 17 años que ha revolucionado no solo a sus coetáneos conjugando pop oscuro y susurrado con una estética y mentalidad rompedoras. Su «bad boy» fue BSO imprescindible de 2019.
«Norman Fucking Rockwell», de Lana del Rey.
Su sexto disco de estudio en solo 7 años (desde el lanzamiento de aquel «Born To Die» que sacudió la industria) es el álbum en el que todas las selecciones de medios especializados coinciden. En él viaja del tormento sentimental a la esperanza y decanta sus esencias de «soft rock», elegancia y mitología costera en composiciones etéreas como «Fuck it I love you».
«MAGDALENE», de FKA twigs.
La más singular y audaz de las propuestas de la lista llega firmada por esta inglesa que combinó «art pop», electrónica y r&b para canalizar una ruptura sentimental traumática desde una honestidad y fragilidad inquietantes. Brillan joyas como «sad day».
«Ghosteen», de Nick Cave & The Bad Seeds.
Es meritorio que el decimoséptimo disco de una formación siga siendo tan relevante a nivel global. En él, este ídolo del rock experimental depura el dolor por la muerte accidental de su hijo de 15 años y lo traduce en una elegía «ambient» bella y extremadamente sensible, que no sensiblona.
«Thank You, Next», de Ariana Grande.
Segundo año consecutivo que la americana de voz prodigiosa se cuela en la clasificación. Lo hace cada vez menos presta a las concesiones comerciales, con un disco de r&b menos inmediato que «Sweetener» pero moderno y ambicioso en su producción aparentemente minimalista, elegante y, en momentos como en su versión del clásico de «Sonrisas y lágrimas», incluso travieso.
«Cuz I Love You», de Lizzo.
La artista que dinamitó definitivamente el concepto de «body shaming» con sus más de 100 kilos de peso brilló además por un álbum extenso al que no le sobra nada y que exuda negritud por todos sus poros, merced a la confluencia de rap, funk, soul y r&b. Multinominada a los próximos Grammy, «Truth hurts» es otra de las canciones de la temporada.
«X100PRE», de Bad Bunny.
El urbano latino sigue en boga y uno de sus principales impulsores ha sido el artífice de un disco que se ha colado no solo en las listas de lo mejor de 2019, sino de la década que termina. Por si fuera poco, entregó otro trabajo de aplauso, «Oasis», facturado junto a J Balvin con temas contagiosos como «Qué pretendes».
«Madame X», de Madonna.
Cuando más bajas estaban las expectativas, la reina del pop volvió a sorprender con un álbum que sonaba moderno y auténtico sin pretenderlo, que podría haber terminado como un batiburrillo de influencias mundiales, entre reguetón, batuka y reggae, pero en el que el conjunto cobró sentido como búsqueda de libertad creativa.
«IGOR», de Tyler, the Creator.
El disco de hip hop del año viene moldeado por un productor tan potente como Rick Rubin, colaborador fundamental de artistas pioneros del género como Run-D.M.C. o Beastie Boys. De su mano el rapero angelino traza su mejor trabajo hasta la fecha, un catálogo de beats distintivos, ganchos de soul y letras en las que la agresividad da paso a la vulnerabilidad.
«Father of the Bride», de Vampire Weekend.
Nominado en categorías como la de mejor álbum y mejor álbum alternativo del año, el retorno a la actividad discográfica del grupo estadounidense tras 6 años de silencio es un trabajo muy extenso, mucho más luminoso y diverso que sus anteriores entregas.