Familias hispanas de Carolina del Norte siguen sin casas tras el paso de Matthew
Agencia EFE
Casi dos semanas después del paso del huracán Matthew por Carolina del Norte (Estado Unidos), decenas de familias hispanas de la localidad de Red Springs continuaban hoy sin poder ingresar a sus viviendas anegadas, pero trabajando unidas para cambiar su situación.
Mientras la ayuda estatal y federal aún no llega, han decidido buscar alternativas para drenar las aguas estancadas en un complejo de casas móviles ubicado en esta población del sureste del estado, una de las más impactadas por el fenómeno natural que azotó Carolina del Norte el pasado 8 de octubre.
Matthew causó 26 muertes y por lo menos 1.500 millones de dólares en daños a 100.000 hogares, empresas y edificios del gobierno en ese estado.
Improvisando puentes con pedazos de madera y comprando y alquilando equipo técnico, la comunidad trabaja unida para entrar a sus hogares y rescatar lo poco que les quedó.
«Entre los vecinos compramos caños de PVC y alquilamos bombas para quitar el agua porque entre más tiempo pase, la situación será peor», dijo a Efe Mario Rangel, quien desde hace trece años vive en el complejo de casas móviles conocido como «Los Arrancones».
El trabajador agrícola, de origen mexicano, recordó que tuvo que dejar todo para salvar su vida y la de su familia.
«Como a la 1:30 p.m. del sábado 8 de octubre, el agua me llegaba a la cintura. Junto con mi esposa y mis tres hijos salimos solo con lo puesto y con los documentos. Hasta hoy no le logrado entrar porque el medidor de la luz continúa bajo el agua», relató Rangel.
En Red Springs, en el condado de Robenson, Matthew golpeó duro y hasta el día de hoy hay carreteras cerradas y abiertas a la mitad. Cuatro refugios de la Cruz Roja Americana continúan abiertos.
Mientras algunos de los residentes trabajan en la limpieza de la zona de día y de noche, otros miembros de la comunidad traen comida.
«Trabajamos por turno desde el sábado 15 para sacar el agua a un campo vecino donde los dueños nos dieron autorización. Sabemos que todo está perdido pero tenemos la esperanza de poder reconstruir nuestros hogares», comentó a Efe Francisco Méndez Hernández, originario de México y padre de cinco niños.
Con el correr de los días el agua estancada atrae a los mosquitos, comienza a oler mal, las víboras recorren el lugar y los vehículos se encuentran debajo del agua.
La historia de Red Springs también se repite en otras poblaciones de Carolina del Norte, como es el caso de Benson, en el condado de Johnston. Allí, al menos 19 familias latinas también lo perdieron todo tras desbordarse un arroyo cercano a sus casas móviles.
En la entrada del parque móvil conocido como «Highway 301» la huella de los daños se hace presente afuera de las casas con muebles, ropa y otros artículos en las calles, vehículos estacionados sin funcionar y los hogares con avisos de la ciudad de Benson que indican que las viviendas ya no son habitables.
«Me asusté muchísimo. Cuando abrí la puerta el agua entró fuerte y me tapó. Un vecino me ayudó agarrando a mi beba y también a mi hijo. El carro quedó bajo el agua», contó a Efe Xochi Tomás, madre de dos niños.
La Cruz Roja Americana abrió un refugio con 45 camas en la iglesia hispana Bautista Bíblica de Benson.
Matthew causó daños materiales millonarios en la costa este de Estados Unidos, aunque la mayor fuerza de este huracán, que alcanzó la categoría 5, la máxima de la escala Saffir Simpson, cayó en Haití donde hubo más de un millar de fallecidos. EFE