Familias desesperadas en barrio de Maracaibo por repunte de escabiosis
Con información de La verdad
Al menos 500 familias del barrio Teotiste de Gallegos, en la parroquia Coquivacoa, denunciaron estar expuestas a enfermedades de la piel ya que el agua que llega a sus hogares es turbia como “agua de tamarindo”. Los dos consultorios populares de la zona reciben hasta 10 niños diarios con escabiosis o sarna, desde septiembre.
Picazón, ardor y dolor en el cuerpo son los síntomas identificados en los infantes y adultos que viven en las 15 calles de la comunidad. Cindy Briceño, de 29 años, habita en la avenida 8 y es madre de cinco varones que padecen de la afección en la piel producida por un ectoparásito. Relató que el agua llega marrón y sus hijos presentaron ronchas en la piel, lloraban de desesperación y desarrollaron lesiones localizadas en sus manos, brazos y piernas por rascarse.
Al acudir al Centro de Diagnóstico Integral les indicaron un tratamiento para 15 días que constaba de una loción parasiticida de uso tópico y el antialérgico difenhidramina. El líquido blanco alivió el malestar después de diluirlo en agua tibia y aplicarlo en la piel en la mañana y en la tarde.
Sin agua ni medicinas
El agua llega a la comunidad cada 15 días y mantiene el color opaco. La falta del vital líquido para lavar sábanas y desinfectar las casas evita que la sarna salga de las casas de forma definitiva. En este punto los centros de salud de la zona se quedaron sin medicinas para que los pacientes en tratamiento y los nuevos afectados tengan la medicación.
Para cocinar y beber compran botellones de agua para evitar enfermedades intestinales. Acción que no todos se permiten por el precio de los botellones. Marbella Lazaro, de 50 años, vive con cinco personas y para el consumo semanal necesita de seis botellas que compra a 370 bolívares. Un gasto de dos mil 220 bolívares semanal. “Los médicos nos recomiendan hervir toda el agua, pero no todos tienen suficiente gas”.
Aguas negras
Para Robert Palencia, de 41 años, los problemas de salud aumentarán si no solventan el bote de aguas negras de la avenida 8. Contó que desde hace un año el río de agua verdosa daña la carretera y se desborda hacia el frente de la vivienda de la familia Suárez. Mathías, de dos años, hijo de la familia, presentó inflamación en los ojos, alergia en la piel y problemas estomacales. Estuvo “delicado” y los médicos le aseguraron a su madre que se debía a bacterias adquiridas por la exposición a la contaminación.
Acudieron a Hidrolago para solventar el problema, pero no recibieron respuesta. Hace tres meses una cuadrilla se acercó y les informó que se trataba de una tubería rota y debían darles “una colaboración” para hacer el trabajo de destapar y sustituir. Propuesta que la comunidad rechazó. Desde entonces, esperan la llegada de soluciones. La calle empezó a ceder. Ahora la comunidad espera por resultados de los entes municipales y regionales. “Nos está comiendo la sarna”.