Falta de antiretrovirales puede dejar desprotegida a la población del VIH
Nota de prensa
Usuarios del programa de VIH del sistema público de salud, están denunciando cambios intempestivos en el suministro de su tratamiento, y de acuerdo a lo que han podido investigar de manera extraoficial la razón es la imposibilidad de seguir importando algunos antirretrovirales por falta de recursos.
La advertencia la hicieron personas afectadas a través de la Organización StopVIH, pues saben que son informaciones fidedignas que les puede perjudicar su salud. Al respecto Jhonatan Rodríguez, presidente de StopVIH, manifestó su preocupación, pues con estas arbitrariedades se está poniendo en riesgo la vida de los usuarios.
El caso es que trascendió que no se indicarán los antirretrovirales Complera, Dolutegravir, y Reyataz, serán excluidos de los esquemas de tratamientos para personas con VIH en Venezuela, desconociéndose hasta el momento qué pasará con las personas que ya están utilizando esos fármacos, pues el Ministerio de Salud ya ha cambiado el esquema de tratamiento a otros pacientes. Es de destacar que desde principios de este año, usuarios del antirretroviral Viraday también reportan fallas en el suministro de dicho fármaco.
“Es urgente que el Gobierno a través del Programa Nacional de Sida, el Comité Nacional de Resistencia, el Instituto Nacional de Higiene y demás autoridades de salud reconozcan la situación y tomen medidas con urgencia que permitan el acceso de las personas con VIH a los servicios de salud para diagnóstico, atención, control y tratamiento de la infección por VIH”, dijo Rodríguez alarmado por las presuntas decisiones que se estuvieran tomando en el Ministerio para la Salud.
Recordó que la situación no solo afecta a las personas que han contraído el VIH que toman antirretrovirales, sino a la población entera ya que al no haber reactivos para la detección de la infección, ni para la realización de test de resistencia, ni para las pruebas de control –CD4 y carga viral– como se registra desde el 2015, los tratamientos pueden ser menos efectivos y por tanto la relación con parejas queda expuesta a riesgo y la epidemia pudiera estar fuera de control.